ENTREVISTA | Berta Zúñiga, hija de Berta Cáceres
«Hay más personas y más poderosas involucradas en el asesinato de mi madre».
Negocios versus derechos humanos.
Gabriela Sánchez / Alejandro Navarro Bustamante
eldiario.es
Con apariencia cansada, Berta Zúñiga llega a la última parada de un larga gira por Europa en la que no ha parado de referirse a un doloroso y reciente episodio de su vida: el asesinato de su madre, la lideresa indígena Berta Cáceres. Dos meses después, la joven activista, de 25 años, exige justicia con entereza y no repara en apuntar alto para señalar a los responsables.
«No estoy cansada, tenemos la fuerza para seguir batallando», dice a eldiario.es pocos minutos después de bajar del último tren que tomará en territorio español. «Aunque tengo ganas de estar en casa», se apura en añadir, pese a la inseguridad y el riesgo constante en su país, Honduras, para continuar con lo que su madre empezó. «Porque su espíritu rebelde nos aporta la fuerza necesaria para continuar».
-Cuatro personas han sido detenidas por su vinculación con el asesinato de su madre, algunos de ellos relacionados con la empresa contra la que luchaba y con las fuerzas militares estatales. ¿Cómo han recibido la noticia?
Desde el primer día les habíamos señalado como responsables de su asesinato, por las serias amenazas que había recibido desde ese entorno. Lo que pensamos es que, si hay capturas vinculadas a la empresa, es por la presión social e internacional que se ha hecho. Si esto no hubiese pasado, ni siquiera los hubiesen capturado.
Entre los arrestados hay agentes estatales, militares activos. En concreto, un mayor de las Fuerzas Armadas. Lo que refleja lo que siempre hemos denunciado: la alianza entre las empresas y la institucionalidad hondureña.
-A pesar de sus temores de que la Fiscalía tachase el asesinato de su madre como «crimen pasional», al final parece que la investigación oficial apunta a la empresa DESA. ¿Qué motivos les llevan a seguir pidiendo una investigación internacional independiente?
Igualmente nos encontramos sin ninguna satisfacción con estas investigaciones. No nos consta si estas diligencias se han hecho en orden y forma y con la exhaustividad que requiere, porque se nos ha excluido del proceso de investigación. En segundo lugar, hay que seguir profundizando en la autoría intelectual de este asesinato.
Creemos que hay muchas más personas involucradas de las capturadas, e incluso personas más poderosas. Por eso seguimos demandando una investigación independiente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para profundizar en la autoría intelectual del crimen.
-Según han reiterado, desconfían de la investigación oficial, precisamente porque el Estado, aunque tenía la orden de proteger a su madre, no lo hizo. Usted que ha vivido de cerca todo ese proceso, ¿se sentía protegida Berta Cáceres?
Evidentemente no. Esas medidas cautelares que tenía desde el golpe de Estado -y que llegaron a concretarse con el Estado en el 2014 – fueron deficientes. Ella pidió otras medidas de protección que nunca le fueron proporcionadas… Incluso el ministro de Seguridad le dijo que no existía, que exageraba y que no estaba en tanto peligro como para pedirlas.
Solo le ofrecían un patrullaje tres veces a la semana. El día de su asesinato no le correspondía ese patrullaje. También acompañamientos policiales a las comunidades donde había violencia engendrada por la empresa, pero los policías que lo efectuaban no tenían ningún interés en protegerla, al contrario, habían estado resguardando el plantel de la empresa. Agentes sumamente racistas e indiferentes a la lucha del COPINH… También había dos cámaras de seguridad instaladas en su oficina que no funcionaban: cuando hicieron el peritaje tras sus asesinato, descubrieron que no habían grabado nada.
Todo esto muestra una visión bastante limitada de la protección a la vida. Y sobre todo, ineficacia de las medidas cautelares. Al menos 15 personas han muerto asesinadas en Honduras a pesar de tener medidas cautelares.
-¿Vivían con miedo a su asesinato?
Tenemos clara conciencia del país en el que hemos vivido, hemos conocido la agresividad bajo la que operan los militares, la Policía, el Estado, las empresas el sicariato. Y también teníamos mucha claridad del clima de impunidad en el que operan. En Honduras, se mata muy fácil, se investiga muy poco, no hay consecuencias por lo que se hace.
En ese sentido, claro que era una posibilidad. Pero ella, al ser una lideresa muy conocida, una persona con premios internacionales, pensábamos que los responsables de las amenazas iban a valorarlo mucho llevarlo a cabo. Por eso su asesinato marca un antes y después en nuestro país. Si ella ha sido asesinada, ahora ninguna defensora se siente segura.
Por eso es tan necesario en este punto que se tomen medidas. Para acabar con la impunidad.
-¿Cómo hija de Berta Cáceres y miembro del COPINH, usted o sus hermanos también fueron amenazados?
Nosotros no, pero somos victimas de la persecución que está sufriendo la organización. El objetivo de las amenazas hacia mi madre también era acabar con el proyecto político que ella fundó, y esa es nuestra lucha. Hemos tenido incidentes de seguridad, pero amenazas directas, no.
-Dos meses después del asesinato de su madre, Berta Cáceres, acaba de terminar una ruta por Europa para exigir justicia. Han visitado Bélgica, Holanda, Finlandia y varios puntos del Estado español. Unos países muy bien escogidos.
Elegimos países importantes para avanzar en nuestras demandas de cara al esclarecimiento y la urgencia de la paralización del proyecto Agua Zarca de la empresa DESA, que ha sido señalada como la responsable del asesinato de mi madre y compañera del COPINH. En Bélgica hemos buscado presión para que se muestre la voluntad política para defender a las defensoras y los defensores en nuestro país. Buscar respaldo para exigir una comisión independiente de investigación porque no creemos que la verdad sobre el crimen vaya a llegar de una institucionalidad (el Estado de Honduras) que participó en la criminalización hacia ella.
También buscábamos presión (desde las instituciones europeas) hacia los bancos que están financiando el proyecto Agua Zarca, como el FMO, así como la participación de las empresas alemanas Voith y Siemens. En el Parlamento Europeo han lanzado una resolución urgente pidiendo a la Comisión Europea medidas concretas.
Después en Holanda, donde se encuentra uno de los bancos financiadores. Les planteamos una situación que ya conocían, pues mi madre les envió cartas denunciando las vulneraciones de derechos humanos derivadas del proyecto Agua Zarca, pero fue nuestro primer encuentro frente a frente.
En Finlandia, nos reunimos con la administración pública para intentar la suspensión de los fondos del FindFond, estos bancos no son privados en su totalidad, la mayor parte de la financiación viene a través del estado… Todos ellos también tienen una responsabilidad en el asesinato de mi madre.
-Algunos de esos bancos, como el FMO, o empresas -como Voith- han denunciado el cese temporal de la financiación y de las entregas de turbinas, respectivamente. ¿Es un avance de las presiones realizadas tras el asesinato de su madre?
Una suspensión temporal de los bancos y la entrega de la turbina es lo mínimo que pueden hacer con la responsabilidad que ellos tienen sobre sus hombros. Seguimos apostando primero por la cancelación definitiva de la entrega de las turbinas de los fondos a un proyecto que claramente es responsable del asesinato de nuestra madre, de nuestra compañera.
Nos parece un poco ridículo que tengan que esperar el asesinato de mi madre cuando ellos ya sabían la situación, para decidir una suspensión temporal de los fondos y el envío de material. Y ellos tienen una responsabilidad muy grande y ellos creo que lo saben, y van a intentar tomar algunas medidas para protegerse de alguna manera.
-Habla del asesinato de su madre con gran entereza, con mucha fuerza. Solo han pasado dos meses y ha recorrido varios países europeos, con agendas muy apretadas, para exigir justicia. ¿De dónde saca la fuerza?
Es la indignación que sentimos de que estas cosas pasen tan fácil y con pocas consecuencias. La fortaleza la recibimos de toda la comunidad, de todo el pueblo lenca que ha reafirmado su lucha y compromiso en defensa de la naturaleza. Y también yo creo que es la fuerza de ella, de mi madre.
Nosotras entendemos la muerte distinta a estas regiones y su espíritu esta con nosotras, nos fortalece. Ella es fuerte y es un espíritu rebelde, como siempre ha sido. Y por ello está con nosotras y nos acompaña en cada momento. La muerte no tiene nada de malo, es parte de la vida. Pero lo que no podemos permitir es una muerte violenta, una muerte en la que no han querido asesinarla a ella, sino a su lucha, a una idea. Eso es lo que queremos frenar.
-Cuando usted habla, se escucha el mismo mensaje transmitido en los discursos de su madre. ¿Qué valores le transmitió?
Muchos, una infinidad. Pero sobre todo la convicción de luchar por lo que es justo. Y de no tener miedo nunca de decir la verdad, eso es lo que nosotros traemos, la verdad de nuestras realidades. Y no tener miedo de señalar a quienes sean los responsables, que no solo son los autores materiales de este crimen, sino que va mucho más allá.
Que tiene que ver también con la responsabilidad de los financieros que siempre intentan hacerse indiferentes o evitar sentirse responsables. Pero ellos son responsables también.