Una campaña suave, firme, exitosa..
EL NACIMIENTO DE LA CAMPAÑA DE BOICOT, DESINVERSIONES Y SANCIONES al ESTADO DE ISRAEL.
En el año 2004 el Tribunal de la Haya decretó la ilegalidad del trazado del Muro e insta a Israel a demolerlo. Como es habitual, Israel ha desobedecido el mandato de la Corte.
Sin embargo, este nuevo incumplimiento israelí de la legislación internacional, uno más de una larga lista, ejerció como “gota” que rebosó el vaso de la paciencia de las organizaciones palestinas: el 9 de julio de 2005, un grupo de organizaciones de base palestinas lanzó el Llamamiento de la Sociedad Civil Palestina para el Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel hasta que cumpla con el Derecho Internacional y con los Principios Universales de los Derechos Humanos. Es lo que conocemos como la Campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones, campaña BDS.
Obviamente, hay precedentes: nada surge de la nada. En 2002, intelectuales y universitarias palestinas, tanto del territorio de la Palestina Histórica como del exilio, hicieron un llamamiento al boicot económico, cultural y académico de Israel. En 2003 se hizo otro llamamiento para el boicoteo de instituciones académicas. En 2004 se constituyó en Ramala la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural de Israel –o PACBI, por sus siglas-, un movimiento que en su trayectoria y desarrollo convergerá con el BDS.
Más lejos en el tiempo y también en el espacio hay otro precedente claro: la campaña de bloqueo internacional al régimen racista del Apartheid sudafricano. En este sentido, hay que señalar que las características de la ocupación israelí encajan con la definición de Apartheid de las Naciones Unidas: “Actos inhumanos cometidos con el fin de instituir y mantener la dominación de un grupo racial de personas sobre cualquier otro grupo de racial de personas y de oprimirlo sistemáticamente”. Naciones Unidas califica al Apartheid como un crimen de lesa humanidad.
¿Quién lanza el Llamamiento BDS?
El Llamamiento está suscrito por 170 organizaciones, tanto de la Palestina Histórica y del exilio. Entre las entidades firmantes hay sindicatos, partidos políticos, organizaciones gremiales, asociaciones de refugiados, asociaciones vecinales, grupos de apoyo a la mujer, grupos de resistencia… En este amplio y variado apoyo radica buena parte de la fuerza de la campaña BDS. Analicemos estas fortalezas:
Es una campaña que surgió del propio pueblo palestino. Es la población palestina la que pide al resto del mundo no sólo que la ayude, sino que le dice también cómo ayudarla. Se contrarresta el peligro, en el que tantas veces se cae, de una “solidaridad colonialista”, en la que desde el Primer Mundo se decide cómo tiene que ser la lucha, qué es lo mejor para los pueblos que buscan su libertad, etc.
Es una campaña que engloba a todo el pueblo palestino, tanto a las cinco millones de personas que viven en la Palestina Histórica como a las seis millones de personas exiliadas.
Es una campaña que aglutina a diferentes sensibilidades políticas y sociales en torno a unos objetivos comunes. La campaña BDS supone un elemento de unidad para el pueblo palestino, tantas veces lastrado por una profunda división que le ha llevado, incluso, al enfrentamiento armado.
Es una campaña profundamente democrática, en la que vale tanto la opinión de una pequeña asociación gremial como la de un gran partido político. Las entidades que forman la campaña se organizan en el Comité Nacional Palestino para el BDS, órgano rector del movimiento creado en 2007.
¿Qué piden estas organizaciones en su Llamamiento?
Boicot. Se pide el boicoteo a los productos y servicios de empresas israelíes, tanto públicas como privadas. También a aquellas firmas no israelíes que comercian de forma habitual con el Estado de Israel. Esta medida incluye también el boicot a productos culturales, instituciones académicas y equipos deportivos.
Desinversiones. Presión a entidades bancarias, fondos de inversiones, fondos de pensiones y en general cualquier órgano de inversión financiera para retirar sus activos de empresas israelíes o de otra nacionalidad que mantengan relaciones habituales con el Estado de Israel y sus empresas.
Sanciones. Presión a gobiernos y organismos internacionales para la imposición de medidas punitivas al Estado de Israel.
¿Con qué finalidad se piden estas medidas contra el Estado de Israel?
El objetivo de las medidas BDS es que Israel “cumpla con el Derecho Internacional y con los Principios Universales de los Derechos Humanos”.
Los territorios ocupados de Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania y el cumplimiento de la resolución 242 de Naciones Unidas sobre la retirada israelí de estas zonas.
El millón y medio de personas palestinas que viven dentro de las fronteras del Estado de Israel y las disposiciones de Naciones Unidas contra el Apartheid.
Las seis millones de personas refugiadas, la resolución 194 de Naciones Unidas que reconoce su derecho al retorno y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que también garantiza este regreso.
Se trata de unos objetivos absolutamente de mínimos. No se entra en cuestiones más profundas como la configuración territorial, la posibilidad de un estado o dos estados, un futuro ordenamiento político… Son unos principios muy básicos que cualquier gobierno de las democracias parlamentaristas –Estados Unidos, Canadá, Japón, Unión Europea- tiene que admitir y apoyar. No sólo eso, cualquiera de los grandes partidos de estos países también están obligados a asumir estos objetivos si quieren ser coherentes con su discurso formal: republicanas y demócratas en Estados Unidos; conservadoras y laboristas en Gran Bretaña; Partido Socialista y Partido Popular en el Estado español; la Democracia Cristiana y las socialdemócratas del SPD en Alemania; gaullistas y socialistas en Francia…
La estrategia de fijar unos objetivos generalistas imposibles de refutar por los principales actores de la escena internacional también está basada en el bloqueo internacional contra el Apartheid sudafricano. Aquella campaña pedía simplemente un derecho tan básico como la igualdad entre todas las personas con independencia de su raza.
¿A quién se dirige el Llamamiento?
Más allá de un genérico “a toda la ciudadanía de buena voluntad”, es obvio que el Llamamiento de la campaña BDS está dirigido a todas las organizaciones internacionales que apoyan la lucha del pueblo palestino. Ésta es una de las características que define a la campaña BDS: la iniciativa surge del pueblo palestino pero son las sociedades de otros países –especialmente las de aquellos que más relaciones tienen con Israel- las encargadas de llevarla a cabo si se quiere que tenga alguna efectividad.
Además, la fuerza de cualquier acción de boicot radica en que se haga de forma organizada, tanto su planificación y ejecución como su posterior difusión. Un boicot meramente individual denota un alto grado de concienciación por parte de quien lo lleva a cabo pero sin efectividad.
La prueba que demuestra de forma más rotunda la validez y la eficacia del BDS es la ley aprobada en junio de 2011 por el Parlamento de Israel por la que se penaliza a todas aquellas personas y organizaciones israelíes que promuevan la campaña de BDS o, simplemente, la apoyen. La aprobación de una ley de estas características es algo imposible de encajar en un estado democrático e invalida –junto a otras muchas leyes- la pretensión de Israel de autotitularse como democracia .
ALGUNOS EJEMPLOS DE BDS
La acción de bds a Veolia, multinacional francesa dedicada al transporte, a servicios medioambientales y a otros muchos sectores. Veolia fue una de las empresas adjudicatarias de la construcción de una línea de tranvía en Jerusalén. El proyecto contemplaba que el tranvía se extendiera por Jerusalén Este uniendo diversos asentamientos ilegales. El trayecto, en consecuencia, viola los artículos de la Convención de Ginebra que prohíben a la potencia ocupante la construcción de infraestructuras que alteren la demografía y orografía del territorio ocupado. Además, el tranvía contribuye a consolidar la presencia de las colonias ilegales en territorio palestino.
La presión internacional no se dirigió tanto a Veolia como a los bancos y fondos de inversión y pensiones que invertían en la firma, muchos de los cuales vendieron sus activos y participaciones, especialmente fondos de Holanda, Suecia y Dinamarca. Estamos pues ante un caso claro de desinversión.
Veolia perdió un contrato de 3.500 millones de euros para gestionar el metro de Estocolmo. Asimismo, fue excluida de concursos para la construcción de grandes obras de infraestructura en Irán, Arabia Saudí y otros países y perdió otros contratos en Francia, Gales, Inglaterra, Irlanda y Australia.
Las acciones de boicot cultural, académico o deportivo son las más polémicas, debido a la concepción generalizada –y errónea- de ver el arte, el conocimiento o el deporte como actividades completamente disociadas de la política y de los conflictos, elevadas y etéreas, que unen a las personas y a los pueblos en lugar de separarlos.
En este sistema capitalista radical el arte y la cultura –y sus derivados el ocio y el espectáculo- o los deportes son, ante todo, un enorme negocio que mueve miles de millones de dólares y que permite el lucro, básicamente, de unas élites empresariales y financieras. En este sentido, un concierto o un partido de fútbol tienen la misma dimensión económica que un tranvía, el agua Eden o las patatas LZR.
La cultura y el deporte tienen una enorme carga propagandística e ideológica. Eso lo han sabido ver todos los regímenes, imperios y sistemas de gobierno de cualquier época, desde el Antiguo Egipto o la Roma imperial hasta el nazismo. Son poderosísimas armas de dominación.
¿Qué objetivo persigue el Estado de Israel con estas armas? El objetivo de la “normalización”. Este concepto de “normalización” es muy importante dentro de la estrategia sionista de apropiación de la mayor parte de tierra palestina con el menor número de población autóctona posible. Por “normalización” se entiende la pretensión israelí de proyectar una imagen de similitud con los estados de corte occidental, democráticos, respetuoso de las libertades políticas y de los derechos individuales y con un alto grado de sofisticación cultural, tecnológica, científica…
Cultura, espectáculos, deporte y ciencia son las armas fundamentales para la propagación del concepto de “normalización” del Estado de Israel.
Tras la Masacre de Gaza de 2008 y 2009, en la que Israel asesinó a cerca de 1.500 personas, de ellas más de 400 eran niñas y niños, el Ministerio de Asuntos Exteriores destinó dos millones de dólares para mejorar la imagen de Israel a través de la cultura y los espectáculos.
Arye Mekel, director general de Asuntos Culturales del Ministerio de Asuntos Exteriores, declaraba lo siguiente a The New York Times: “Enviaremos por todo el mundo a nuestras novelistas y escritoras más conocidos, compañías de teatro, exposiciones… De esta forma mostraremos el rostro más amable de Israel y evitaremos que se nos identifique únicamente en un contexto de guerra”.
En estos dos últimos años la presencia de artistas e intelectuales israelíes en el Estado español se ha incrementado significativamente, con la inestimable ayuda de la Casa Sefarad, órgano de legitimación y de normalización del sionismo en el Estado que, curiosamente, pertenece a la Administración española. Es decir, que con los impuestos de toda la ciudadanía se subvenciona la normalización de la ocupación.
El BDS hace un llamamiento a artistas de todo el mundo para que no actúen en Israel. Han cancelado conciertos Elvis Costello, Santana, Pixies, Gorillaz, Klaxons…
Amnistía Internacional, la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) así como más de 350 ONG, sindicatos y organizaciones sociales han apoyado el derecho a ejercer el BDS.
Por qué está funcionando:
La campaña BDS ha vivido un gran crecimiento en los últimos tiempos y su impacto se siente de forma cada vez más clara en el conflicto israelí-palestino. El BDS está progresivamente reduciendo el abismal desequilibrio de fuerzas existente en Tierra Santa desde 1948, reforzando la posición negociadora de Palestina y debilitando, al mismo tiempo, la de Israel. El BDS funciona en dos sentidos: 1) por un lado la lista de victorias de la campaña crece a un ritmo vertiginoso, como resultado del trabajo realizado durante años por activistas que trabajan en grupos de BDS esparcidos por todo el mundo (Estados Unidos, Sudáfrica, India, Francia, Estado español, Colombia, Marruecos, Israel, Japón, etc.), así como del uso intensivo de las redes sociales por parte de dichos activistas y simpatizantes del movimiento; 2) por otro lado, como consecuencia de esta acumulación de éxitos, los gobiernos israelí, europeos y estadounidense se están viendo forzados a actuar (de diferentes formas).
La extensa lista de victorias :
En el ámbito del boicot cultural, podemos destacar el compromiso público de los artistas británicos Roger Waters (ex-miembro de Pink Floyd) y Elvis Costello o la actriz española Pilar Bardem a no actuar en Israel. En el ámbito del boicot académico, destacan la decisión de la Universidad de Johannesburgo en el 2011 de romper sus vínculos con la Universidad Ben Gurion de Israel (una decisión con alta carga simbólica al venir de Sudáfrica), el anuncio del físico Stephen Hawking en el 2013 de que cancelaba su presencia en una Conferencia académica israelí “para respetar el llamado palestino al boicot”, y la aprobación en 2013 de una moción de apoyo al boicot académico por parte de la American Studies Association (ASA) (junto con otras tres entidades académicas de los Estados Unidos).
En el ámbito del boicot comercial, se conoció por primera vez el gran descenso que están sufriendo la exportaciones de los productos procedentes de colonias israelíes ubicadas en el Valle del Jordán, en la Cisjordania ocupada ( una caída del 14%). En el ámbito del boicot institucional, destaca también Sudáfrica, con la decisión de su gobierno de no permitir a sus ministros que visiten Israel.
Grandes fondos de pensiones y bancos del norte de Europa (Holanda, Noruega, Dinamarca y Suecia) han emprendido una ola de desinversiones de empresas israelíes ligadas a la construcción de colonias judías en territorio ocupado, que está golpeando especialmente a los principales bancos israelíes. Es importante destacar que las desinversiones se están realizando sobre empresas israelís situadas dentro de las fronteras de Israel previas a 1967 y no exclusivamente en los Territorios Palestinos Ocupados. Un hecho que añade relevancia a estas decisiones.
Los municipios españoles:
http://boicotisrael.net/bds/estado-espanol-lidera-defensa-municipalista-derechos-humanos-palestina/
Teatro Jovellanos:
https://jovellan.blogspot.com.es/
http://boicotisrael.net/bds/solidaridad-los-nueve-del-teatro-jovellanos/
http://www.prensaindigena.org/web/index.php?option=com_content&view=article&id=19338:espana-bds-asturias&catid=86:noticias
judíos anti-sionistas:
http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=42081
http://judiosantisionistasenespanya.blogspot.com.es/
https://losotrosjudios.com/
http://kaosenlared.net/chomsky-y-shapiro-dos-intelectuales-judios-antisionistas-a-favor-del-boicot-a-israel/