Informe Anual de CEAR 2021 denuncia obstáculos para encontrar refugio durante la pandemia. España volvió a defraudar a las personas refugiadas, aprobando tan solo una de cada 20 solicitudes de asilo, muy lejos de la tasa media de reconocimiento del 33% de los países de la UE
En la Casa Árabe de Madrid:
el presidente de CEAR (ex rector de la Complutense, catedrático de economía) Carlos Berzosa, la secretaria general Estrella Galán y la responsable d elos servicios jurídicos Paloma Favieres, presentaron el Informe del año 2020, en vísperas del día internacional de las PERSONAS Refugiadas.
Con referencias específicas a Gaza y Cisjordania, a Ceuta, Melilla, Sahara, Canarias, con preocupación y propuestas para “cambiar el relato” sobre las políticas que incentivan el odio y el racismo, para insistir en la obligación de respetar y cumplir los DERECHOS de las personas,
rechazando de nuevo la externalización (fracasada) de fronteras,
entregaron y presentaron el trabajo de equipo.
Se proyectaron dos videos
y dijeron que:
Millones de personas tuvieron que afrontar la pandemia lejos de sus hogares. Sin embargo, se les pusieron aún más obstáculos para encontrar refugio.
Hemos echado en falta un estudio individualizado de personas que huyen de países como Colombia. Cuando se resuelve un número elevado de expedientes se suele tener más en cuenta la nacionalidad que los casos personales.
España denegó el asilo a 68.435 personas, más de la mitad procedentes de Colombia. Nuestro país sigue sin garantizar la protección a víctimas como Isabel, perseguidas por agentes no estatales (pandillas, narcotraficantes y grupos criminales).
Una gran noticia, tras décadas de reivindicación del equipo jurídico de CEAR, es la sentencia reciente del Tribunal Supremo que reconoce la libertad de circulación por todo el estado español a las personas que solicitan asilo en Ceuta y Melilla.
También es necesario avanzar en la protección de los niños y niñas que llegan solos y en la aprobación de leyes para proteger a las personas en situación de mayor vulnerabilidad.
Es urgente avanzar en el reconocimiento de víctimas de agentes no estatales, como ya se hizo en su día con las víctimas de trata.
La Unión Europea ha dado una vuelta de tuerca más a la externalización de fronteras y cuyo máximo fracaso lo hemos visto recientemente en Ceuta. Esto provocó que miles de personas se tuvieran que jugar la vida en el mar para buscar refugio.
Es preocupante el auge de los discursos de odio. Frente a ellos hay que promover la solidaridad como respuesta.
La pandemia nos ha azotado a todos, pero en un mundo tan desigual, ha afectado más a personas que viven en países donde no tienen garantizados sus derechos.
España volvió a defraudar a las personas refugiadas, al aprobar tan solo 1 de cada 20 solicitudes de asilo, mientras el resto de países de la UE aprobaron de media 1 de cada 3. En su defecto, concedió 40.726 permisos por razones humanitarias, la gran mayoría a venezolanos.
La pandemia ha dejado a miles de personas atrapadas en países no seguros. Es más urgente que nunca que España active vías legales y seguras como el reasentamiento, los visados humanitarios, el asilo en embajadas y la reagrupación familiar.
Los países del Mediterráneo volvieron a tener que asumir el peso de la primera acogida, ante la falta de solidaridad y responsabilidad compartida del resto de países europeos, que refrendó el Pacto de Migración y Asilo de la UE.
Exigimos a España que acabe con las trabas a las personas que solicitan asilo, eliminando el visado de tránsito a personas de países en conflicto y habilitando vías legales y seguras.
La inmensa mayoría de solicitudes se presentaron en territorio nacional, ante la falta de vías legales. La pandemia provocó el cierre de los CIE y demostró que estos espacios eran innecesarios.
Miles de personas se quedaron #aISLAdas en Canarias, debido a la falta de políticas planificadas y coordinadas. España no puede prestarse a ser un laboratorio de políticas de contención migratoria.
(mientras se presentaba el Informe, se conocía el naufragio frente a Lanzarote de una balsa con 46 personas, entre ellas 19 mujeres y cinco niños, dos desaparecidas).
CEAR denuncia los obstáculos para encontrar refugio durante la pandemia