Radio 23-Diciembre. Espacio Pachakuti, tiempos de SOLidaridades.
Muy buenas, vaya, parece que nombraron a una viceministra de 19 años en Bolivia.
Es mujer, es activista… y es joven.
Por eso le han llovido críticas al gobierno de Bolivia, recién recuperado de la «interrupción democrática» de once meses, tras el golpe cívico-policial-militar que ahora el país plurinacional intenta superar.
Cielo Veizaga es la nueva viceministra de Deportes. Este departamento en Bolivia está adscrito a Salud. Y fue el ministro de Salud quien tomó juramento a la deportista.
Cielo pertenece a la organización juvenil Deportistas por el Cambio. Ella fue capitana de la selección boliviana sub-20 que participó en los Juegos Sudamericanos Cochabamba 2018 y en el Campeonato sudamericano que arrancó este año y que está aplazado por la pandemia.
El año pasado había estado en Alcudia, Valencia, en el torneo amistoso Cotif, donde se fijaron en ella e incluso estuvo probando una semana en el club Valencia para posible fichaje. Menos mal que no la ficharon, y ahora puede ser la nueva viceministra de deportes.
Ha resaltado que buscará trabajar por las demandas del deporte de base.
Ha vivido en el departamento de Cochabamba, en el de Santa Cruz y en el trópico de Cochabamba.
El «trópico de Cochabamba» sigue siendo definitorio en las políticas de transformación del país plurinacional: de allí procede Evo Morales, que comenzó como responsable de deportes del sindicato campesino. Allí fue recibido ahora por cientos de miles de personas tras su reingreso por tierra por la frontera argentina.
De allí procede otro joven, de 32 años, Andrónico, que también había sido responsable de deportes en las federaciones del trópico y ahora ha sido elegido senador y presidente del Senado.
«El deporte es la mejor medicina frente a cualquier pandemia y la mejor receta para unificar un país», ha expresado Cielo Veizaga.
Como es sabido, el Ejecutivo del Estado Plurinacional de Bolivia lo integran el presidente y el vicepresidente, Luis Arce y David Choquehuanca, elegidos por muy amplia mayoría en la votación de octubre, y han sido designadas nuevas autoridades ministeriales entre las que se incluyen varias ostentadas por indígenas, como la ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, que dirige una «Bartolina de pollera» (en alusión a la eliminación de este Ministerio por el Gobierno golpista, la persecución a las mujeres de pollera, o vestimenta indígena, y a que la Bartolina Sisa es una Federación de Mujeres de amplio reconocimiento orgánico), o la de Exteriores, que dirige el abogado aymara Rogelio Mayta .
Así que, desde la distancia física y desde la proximidad anímica, deseamos éxitos a la nueva viceministra. Jallalla para ella, y Jallalla, Puxa, el Estado Plurinacional de Bolivia «en el corazón de Latinoamérica».
Vaya, dieron un premio, otro más, al programa asturiano de ddhh.
El Grado Coopera, tercera edición, centrado en la salud sicosocial.
El Conceyu Grau ha tenido a bien otorgar este reconocimiento que refuerza la labor del PAV en su 20 cumpleaños.
Esta semana será la entrega o anuncia, y el año próximo habrá actividad específica de visita y difusión a territorio moscón.
Felicitaciones.
Vaya parece que no hay vacuna.. para el desastre climático.
Tanto el cambio climático como la covid han iluminado, en términos crudos, una incapacidad generalizada para percibir y abordar una crisis que es continua, acumulativa y colectiva.
escribe Nicholas Loubere
La pandemia ha reflejado muchas de las dinámicas de la crisis climática, pero en un marco de tiempo extremadamente comprimido.
Se presentó una amenaza mundial inminente – se desconoce en gran medida el alcance total del peligro – que requería una acción rápida, coordinada y colectiva. En cambio, se encontró con respuestas nacionales divergentes, señalamientos con el dedo, apelaciones a la responsabilidad individual y una resistencia extrema a cualquier cambio fundamental del statu quo.
La pandemia es una manifestación de una emergencia ecológica más grande, y ambas crisis están en última instancia arraigadas y son el resultado del capitalismo global.
¿qué similitudes hay entre COVID-19 y la emergencia climática? Por un lado, nuestra capacidad para comprender y discutir ambas crisis se ve obstaculizada por la desinformación generalizada, las teorías de conspiración negacionistas, el cabildeo corporativo en aras de la inacción y el desacuerdo genuino sobre las mejores prácticas.
Han surgido dos campos principales que impulsan diferentes respuestas: los que abogan por la mitigación para vivir con el calentamiento global y la pandemia mientras moderan sus efectos nocivos, y los que abogan por la supresión de las crisis mediante una acción rápida y decisiva.
Con algunas excepciones notables de países que han aplicado con éxito estrategias de supresión de la pandemia, como Taiwán, Vietnam y Nueva Zelanda, los gobiernos nacionales han recurrido a variaciones de mitigación tanto para COVID-19 como para el cambio climático. Estas medidas generalmente han sido reactivas y tomadas por necesidad porque las lentas respuestas iniciales han permitido que las crisis se salgan de control, pero también son un reflejo de la falta de voluntad para participar en la reestructuración fundamental de las relaciones capitalistas que requieren una estrategia de represión.
Los gobiernos han fracasado en gran medida en esfuerzos coordinados de manera significativa y han terminado poniendo sus esperanzas en soluciones técnicas tanto para la pandemia como para la emergencia climática. También ha habido un enfoque obsesivo sobre qué países están «haciéndolo mejor», aunque esto tiene un valor limitado para problemas que son globales, interconectados y trascienden fronteras artificiales.
En ambas crisis, los defensores de la mitigación no se equivocan en cuanto a que las respuestas gubernamentales reactivas y mal concebidas han impactado negativamente a los pobres y vulnerables, particularmente debido a las reiteradas fallas en brindar suficiente apoyo social junto con estas medidas; tampoco están equivocados en que los planes de acción climática o los cierres de COVID-19 a menudo ignoren este hecho y se conviertan en formas de señalización de virtudes para la clase media y las poblaciones ricas que no se ven particularmente afectados negativamente por las regulaciones a las industrias contaminantes o los pedidos de trabajo desde casa.
Sin embargo, lo que no reconocen es que los pobres del mundo también sufren de manera desproporcionada por la inacción, y que sin un cambio estructural fundamental, su sufrimiento continuará y se agravará en situaciones de crisis en curso.
La muerte y la enfermedad en masa son más fáciles de imaginar que las alternativas radicales al sistema capitalista.
Al mismo tiempo, tanto el cambio climático como la corona han iluminado, en términos crudos, una incapacidad generalizada para percibir y abordar una crisis que es continua, acumulativa y colectiva.
Quienes impulsan la adaptación al cambio climático imaginan que el mundo simplemente se está calentando y proponen formas para que nos adaptemos a esta situación, e incluso la aprovechemos. Lo que no entienden es que estos cambios dramáticos que estamos infligiendo a nuestro ecosistema resultarán en puntos de inflexión irreversibles, alterando las condiciones de vida en el planeta de formas que aún no podemos concebir por completo, pero seguramente con resultados devastadores.
Vacunando el futuro
El hecho de que algunos países han logrado suprimir el virus muestra que la acción colectiva concertada, coordinada es posible, pero que es la excepción y no la regla.
Hacer frente a crisis continuas y acumuladas como una pandemia, o al desafío mucho mayor de la emergencia climática, requiere solidaridad global y movilización masiva, las cuales escasean en este momento.
Desafortunadamente, durante la pandemia, las discusiones sobre derechos humanos se han reducido en gran medida a derechos individuales restringidos, en el lugar del derecho de las poblaciones vulnerables a existir sin la amenaza generalizada de infección y muerte.
No hay una vacuna próxima para el colapso ecológico que se avecina. Nuestra única esperanza es desencadenar nuestra imaginación colectiva y construir un movimiento de masas global capaz de facilitar la acción coordinada y solidaria en el interés del bien público.
Vaya parece que you tube rectificó la censura que había impuesto al documental GAZA, premiado con un Goya el año anterior..
Nos habíamos hecho eco de la censura sufrida por el documental premiado en los «Goya» «Gaza», como había denunciado el cineasta Julio Pérez.
Este sábado Youtube se ha hecho eco de las críticas (¿) y repercusión de la denuncia, y ha rectificado volviendo a colocar el corto en su plataforma.
Pérez del Campo ha celebrado la rectificación de la empresa, si bien ha mostrado que entre tanto ha estado recibiendo amenazas de muerte.
Se cuantifica en 5,6 millones las personas refugiadas palestinas, de las que casi 2 millones se encuentran en la Franja de Gaza.
La ONU había sacado una lista de las empresas que se benefician de la ocupación de los territorios palestinos. Son 112 compañías que por su actividad alarman por las implicaciones para los derechos humanos de los palestinos de Gaza, Cisjordania -incluyendo Jerusalén Este- y los sirios de los Altos del Golán.
Son compañías que se dedican a la construcción de asentamientos, que llevan infraestructuras hacia ellos, que los vigilan, prestan servicios financieros y de transporte. O que contribuyen a la destrucción de bienes y propiedades palestinos.
También a empresas que extraen recursos naturales en esos territorios ocupados.
Han tardado cuatro años en entregar dicho listado, desde que en 2016 una resolución del Comisionado para los Derechos Humanos (OHCHR) solicitó su elaboración.
Las más reconocibles por el público son marcas como Booking, Airbnb, Tripadvisor, Edreams o Alstom.
En nuestro país, en reciente seminario virtual auspiciado desde Asturias, se daba a conocer que la empresa vasca CAF, Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles, S. A., ganó un concurso junto a la israelí Shapir para construir el «tren del apartheid», que une Jerusalén con colonias israelíes.
CAF está licitando varios contratos de Renfe, incluyendo el «megacontrato» de más de 2.700 millones de euros. Renfe, como contratante público competente, y de acuerdo a la directiva de la UE 2014/24 sobre Contratación Pública y la ley española 9/2017 de Contratos del Sector Público en vigor, tiene la capacidad de excluir a oferentes que por su comportamiento no merezcan ser contratados.
Por ello hay una campaña informativa, con cartas que se están dirigiendo al Gobierno español y a la dirección de Renfe. «CAF, bájate del tren del apartheid de Israel», dice la campaña.
Vaya vaya.. la que se prepara entre la Caracola y Pachakuti..
Estuvieron el viernes, en sesión formativa, en dos bloques por edades, de bailonas de la Caracola escuela social de circo y danza.. en aras de.. crear una obra común, en torno a guardianas de la vida..
Prepararse porque de aquí va a salir algo muy muy bueno.
Qué entendemos por solidaridad?
Y el desarrollo qué cosa ye?
Qué es la PAZ? Y el Pachakuti?
Dónde está el norte y dónde el SUR? Cartografía de nuestras mentes.
Con protocolo sanitario (toma de temperatura, higiene de manos y calzado) tuvo lugar el primero de los encuentros formativos previstos entre las alumnas de la Caracola acompañadas por la profesora de danza Gloria y por la Trabajadora Social y colaboradora Marta y Soldepaz Pachakuti, el objetivo es construir conocimiento, repensar conceptos, aprender de otras realidades, ubicarnos en el planeta como defensoras de la vida. Se sienta la base sobre la que se organizará una nueva obra escénica que presentaremos en 2021. Energía pura. Motor de iniciativas para el Buen Vivir.
En breve el hashtag de moda será #caracolapachakuti.
Hasta la semana entrante .. última del año, si se mide en calendario gregoriano.. que el pachakuti, tiempo de profundas transformaciones, nos acompañe.