Casaldáliga.
Hermoso homenaje en Siero.
#PedroYeSemiente
Uno de sus poemas sintetiza su ejemplaridad.
POBREZA.
No tener nada.
No llevar nada.
No poder nada.
No pedir nada.
Y, de pasada,
no matar nada;
no callar nada.
La Caracola, escuela social de circo y danza, y Janaina Strozake, del MST de Brasil, fueron las protagonistas de la danza para Pedro y del recordatorio a la figura del obispo, recientemente fallecido.
La lluvia anunciada esperó a que concluyera la actividad, que fue protegida y acompañada con un intenso sol.
Según el libro de Ana Helena Tavares, Pedro Casaldáliga luchó durante toda su vida contra las cercas del latifundio y de la propiedad privada; contra las cercas interiores que podían encerrarlo en sí mismo; contra las cercas de la ignorancia, los muros de la represión y las llaves escondidas del olvido; contra todas las barreras sociales; contra las cercas que separan al clero de los laicos, hombres y mujeres, fieles e infieles; en defensa de los más pobres y oprimidos del mundo.
AL INDIO ANÓNIMO
Eras tierra, pasión, memoria, mito,
culto en la danza y fiesta en el sustento.
Pero ellos te imputaron el delito
de ser otro y ser libre como el viento.
Te hicieron colectivo anonimato
sin rostro, sin historia, sin futuro,
vitrina de museo, folclor barato,
rebelde muerto o salvaje puro.
Y, sin embargo, sigues siendo, hermano,
ojos-acecho al sol del altiplano,
huesos- murallas en los tercos Andes,
raíces-pies en la floresta airada,
sobreviviente sangre congregada
por todo el cuerpo de la Patria Grande.
SONETO LIBRE A LA PATRIA GRANDE
Y serás tú, por fin, la Patria Grande,
India, negra, criolla, libre, nuestra,
un Continente de fraternos Pueblos,
del Río Bravo hasta la Patagonia.
Banqueros, dictadores y oligarcas
engrosarán el polvo del olvido.
No pagarás la deuda que te hicieron.
No aceptarás más multinacionales
que Dios, la paz, el mar, el sol, la vida.
Despertarás los huesos de tus santos
y los arbolarás en pie de Historia.
Serás un parto de utopías ciertas
y el canto de tus bocas hermanadas
enseñará la dignidad al Mundo.
Voy a cambiaros el revólver chulo
por un bolígrafo de cuentas.
Para que no os engañen nunca
ni los fazendeiros, ni los comerciantes,
ni el Ministerio de Hacienda.
¡Disparad hojas de libros
entre las hojas de la floresta!
¡Bebed, en las noches claras,
la «pinga» de otra Fiesta!
¡Emborrachaos de sabiduría
y de belleza,
sertanejos mozos,
hijos biennacidos
de los legítimos emperadores de América!
Muchachas, garzas torvas,
madres -niñas apenas-,
que guardáis en las arcas de vuestros ojos indios
todas las lunas de las abuelas:
aprended a lavar niños
y a conducir con ritmo vuestras piernas.
Hombres heroicos
¡exigid la tierra!
Mujeres mártires
¡exigid la diadema!
Viejos desollados por tantos caminos
¡exigid la poltrona,
la televisión y la libreta!
Dios se hace Pan de familia
sobre esta mesa.
En Brasília y en Washington
ni lo saben ni lo esperan.
Pero el sol y la lluvia
sellan
la única ley de Derechos Humanos
de validez cierta.
A Monseñor Romero, a Gaspar García Laviana, también había dedicado sus versos de compañero:
Como un vuelo cortado por la muerte
Igual que un crucifijo en carne viva,
Como un abrazo extremo, que me llama,
Me ha cercado tu nombre,
Gaspar, hermano mío.
Asturiano, justicia de minero,
Bronco acantilado,
Corazón de Jesús en pura llaga.
Tola y sus montes callarán ahora,
-verdes la guerra y la arboleda verde-
Mientras hablamos,
Mientras el Pueblo vela, todavía junto al Dios que escucha,
La Paz del Reino que se aplaza tanto.
Hablaremos tú y yo, Gaspar, a solas.
Al contraluz de mi anhelante fiebre.
Como si aún no fueras un glorioso llegado.
A corazón abierto,
Gaspar,
Sin más testigo
Que el Amor que ya vives cara a cara.
Terratenientes eran
Los que ahogaban tus pobres,
Los que ahogan mis gentes.
Y es el mismo Evangelio
Que te ardía en las manos
Más que el fusil inhóspito,
Amor exasperado, hermano mío:
Tus manos bajo el óleo
Sangrándote,
Llorándote los ojos cielo arriba.
Dime, Gaspar,
¿qué harías
Si volvieras?
Y cuida bien de Tola,
Cuida de Nicaragua, todavía en combate,
No dejes que tu sangre se marchite
En el cáliz (rajado) de su Iglesia.
La vida de Pedro sigue siendo un testimonio de denuncia.
Un legado de bondad y resistencia
El poeta Pedro Tierra recordando que su muerte en estos tiempos difíciles tiene un simbolismo de defensor de la vida: “También los profetas. No permiten que la palabra y el gesto se distancien”.
Siempre con los más humildes, Cadaldáliga y Tierra escribieron juntos Amerindia, muerte y vida, entre otras obras.
Profeta de la liberación.
¿De dónde sacó fuerzas Casaldáliga para trabajar pastoralmente en Sao Felix de Araguaia con los tapirapé y xavantes, defender a los posseiros contra los latifundistas, impulsar organizaciones cívicas y eclesiales en Brasil y toda América latina, criticar al Imperio del Norte y decirle a Pedro que deje la curia, desmantele el sinedrio, la muralla y abandone las filacterias? ¿Cómo tuvo libertad profética para maldecir las cercas y las propiedades privadas que esclavizan la tierra y a los seres humanos? ¿Quién le hizo resistir las amenazas de muerte de los poderosos y las críticas, sospechas y vetos de sus hermanos de báculo y mitra?
¿De dónde nació su esperanza de que, aunque seamos combatientes derrotados, nuestra causa es invencible, caminamos hacia la Tierra sin males, hacia la utopía, hacia la Esperanza con mayúscula?
¡Malditas sean todas las cercas!
Malditas todas las propiedades privadas
¡Que nos privan de vivir y amar!
Malditas sean todas las leyes,
labradas por pocas manos
para amparar cercas y bueyes,
y hacer la tierra, esclava
¡y esclavos los humanos!
¡Otra es la Tierra nuestra, hombres todos!
¡La humana Tierra Libre, hermanos!
Obispo de los pobres, defensor de la AMAzonía, amigo del MST, Movimiento de los Sin Tierra, y de los movimientos sociales e indígenas, guerrillero del Amor, tantas veces amenazado de muerte por los latifundistas, por los bolsonaristas, por los fundamentalistas, y tantas veces protegido por los humildes.
Si cedéis ante el Imperio / la Esperanza y la Verdad / ¿quién proclamará el misterio / de la entera Libertad?
Decir el pan, la lucha, el gozo, el llanto, / el monótono sol, la noche ciega. / Verter la vida en libación de canto, / vino en la paz y sangre en la refriega.
No, no tenemos costumbre en nuestra tierra de tener obispos así, con anillo de palma tucum, de los que venden los mercadillos campesinos o indígenas por un real, a obispos como estos, como don Balduino, como don Pedro, en marchas, en manifestaciones, en sintonía plena con las aspiraciones de la gente, concreta, contribuyendo a crear redes, alianzas, organizaciones tan fértiles como la CPT, la comisión pastoral de la tierra, inspiradora y cómplice con el MST de la denuncia del latifundismo brutal, auspiciando e inspirando la “Laudato Si’”, la encíclica ecologista del Vaticano, sobre la Casa Común, sobre la defensa de la Amazonía que la caricatura de presidente de Bolsonaro destruye aceleradamente.
Abriré el corazón rotundamente, / Igual que una granada. / Para que se lo lleven, grano a grano, / Los pájaros del cielo, / Las almas de los hombres.
Globalicemos la Lucha. Globalicemos la Esperanza.
#PedroEsSemilla
https://vimeo.com/457927825