Con la compañía musical de la Ventolín, pasacalles en Xixón denunciando el militarismo y las guerras.
Ni Guerras ni OTAN.
La OTAN exige subir los gastos militares al 2% del PIB. Es una agresión brutal a los valores de equidad, solidaridad y justicia social.
Desde Asturies consideramos que sí es posible Construir la Paz, y para ello hay que detener la escalada de gasto militar.
Cuando los días 29 y 30 de junio tenga lugar la Cumbre de la OTAN en Madrid, con objetivos de expandirse a otros países del mundo, acelerar la carrera armamentística, incrementar el gasto militar desatendiendo otras necesidades sociales, desestabilizar países y preparar guerras con la finalidad de mantener el sistema capitalista neoliberal y la dominación imperial de Estados Unidos, nadie puede quedar impasible o ajeno, y se hace preciso condenar las políticas atlantistas de los gobierno europeos y las medidas económicas que se aplican con el pretexto de la guerra.
La reciente pandemia ha desmontado la falacia de que necesitamos un sistema de seguridad militarizado. La Seguridad Humana tiene que ver con la necesidad de vivienda, comida, trabajo digno, agua potable, y sistemas de protección social que garanticen servicios públicos de calidad, un sistema de cuidados público, y con la exigencia de afrontar la emergencia climática, acabar con las desigualdades y con el desarrollo efectivo de los derechos humanos.
Cuando esas guerras, desigualdades y saqueo de recursos han producido ya CIEN millones de personas en desplazamiento forzado según la ONU, personajes siniestros pero bien vestidos auguran para la OTAN otro trabajo de control a las migraciones, considerando a esas masas de población (víctimas de su militarismo) un peligro (“amenaza híbrida” dicen).
El Gobierno gastará 35 millones con contratos adjudicados a dedo, y destinará 1,9 millones para un dispositivo de seguridad que incluye 25.000 policías.
“Si la estrategia de la OTAN de los últimos 30 años se basaba en la supremacía de EE UU y la OTAN, la cumbre de Madrid intentará adaptar la organización a un mundo multipolar con varias potencias que amenazan la hegemonía atlántica. Pero sobre todo, volverá a poner la guerra en el centro y preparará a los países de la Alianza para este escenario.” (Tica Font, investigadora Centro Delás, que nos ha acompañado varias veces en Asturias).
Menos armamento más salud.
La OTAN es un sistema de seguridad multinacional que actúa en el escenario internacional infringiendo el mandato explícito de la Carta de las Naciones Unidas. Ello la convierte en una amenaza para la paz, como han demostrado sus actuaciones en Yugoslavia, Iraq, Libia o Afganistán, que han generado desestabilización, destrucción y retrocesos en el pleno ejercicio de los derechos sociales y humanos de las personas en las zonas intervenidas.
Esa continua amenaza a la Paz se ha producido también en territorio europeo al atacar la Federación Rusa a Ucrania en contra de la Carta de las Naciones Unidas, ataque inaceptable que impide avanzar hacia un Sistema de Seguridad Compartida e incentiva el rearme y la militarización. Exigimos que el Gobierno del Estado y la Unión Europea se centren en la vía diplomática que ponga fin a la guerra y a la invasión rusa en Ucrania; rechazamos el envío de armas por parte del gobierno español a Ucrania. El No a la Guerra sigue siendo necesario más que nunca.
La OTAN es uno de los mayores impulsores de la carrera armamentística mundial, y, al no descartar el uso de armas nucleares, es un obstáculo para impulsar un Tratado Internacional para prohibir y destruir de forma controlada todo el arsenal mundial de armas de destrucción masiva, que ha sido apoyado en varios aytos asturianos.
España, además de no haber firmado todavía ese tratado, es el séptimo país productor de armas a escala mundial.
Necesitamos impulsar todas las iniciativas para hacer vinculantes tratados internacionales multilaterales que fomenten la prohibición de armas nucleares por parte de todos los países. También necesitamos hacer cumplir la legislación que prohíbe vender armas en caso de graves violaciones de DDHH.
Consecuencias ecológicas inmediatas.
Los ejércitos provocan daño medioambiental principalmente en las emisiones de CO2 por los combustibles fósiles que utilizan, los restos tóxicos de las guerras que destruyen ecosistemas y biodiversidad, y el daño directo a entornos naturales como campos de entrenamiento, que permanecen durante muchos años sin capacidad de regeneración. Las industrias militares de los países de la OTAN operan a merced de los intereses de las mayores corporaciones multinacionales contaminantes de carbono. En tal sentido, consideramos inadmisible que los EEUU, así como gran parte de los estados parte de la coalición, excluyan las emisiones militares de los inventarios nacionales de emisiones.
La Unión Europea no tiene un informe público sobre las emisiones de gases de efecto invernadero de los ejércitos nacionales de la UE y no se ha fijado un objetivo de reducción de emisiones.
Los países de la OTAN, conscientes del reto que supone la crisis climática, se preparan para apropiarse de las últimas fuentes de petróleo y de gas, y de los recursos necesarios para afrontar el colapso energético y dar una respuesta militarizada a las migraciones climáticas convirtiendo el norte en una fortaleza, mediante agencias como el Frontex.
La transición ecológica que plantean los gobiernos del norte es colonial e irrealizable en términos de límites naturales del planeta; y es evidente que la remilitarización de las relaciones internacionales y el impulso de una nueva carrera armamentística impedirían abordar los cambios indispensables para afrontar realmente la amenaza global del calentamiento global, cuyos impactos ambientales y sociales se van incrementando ante la ausencia de medidas efectivas.
Necesitamos avanzar hacia el fin del intervencionismo militar, hacia modelos de justicia social, hacia la justicia climática y hacia un sistema de seguridad desmilitarizado, basado en la prevención diplomática de los conflictos, la multilateralidad y el cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas. La propuesta de militarización de la OTAN va acompañada de un despliegue militar de EEUU por todo el mundo que rechazamos, incluidas las bases en nuestro país de Rota y Morón.
La Paz no podemos dejarla en manos de militares.
La ciudadanía española ha demostrado ser pacifista, contraria a la guerra y a la carrera armamentista. Desde la desobediencia civil de los objetores de conciencia y los insumisos frente a la mili, hasta las grandes manifestaciones contra la guerra, nos hemos posicionado con métodos y objetivos en las antípodas de los que defiende y se arroga la OTAN.
El ingente gasto militar es una de las peores amenazas a la paz y la convivencia, y por ello se hace urgente promover la disolución de la OTAN y la creación de un nuevo sistema de seguridad desmilitarizado, basado en los conceptos de seguridad humana y de reducción de las violencias (directas, estructurales y culturales).
El ingreso de España en la OTAN y su posterior incumplimiento de las condiciones del referéndum que ratificó dicho ingreso (no integración en la estructura militar, no presencia de armas nucleares en España en forma alguna y reducción de las bases militares) nos ha involucrado en múltiples conflictos que nada tienen que ver con la seguridad propia de nuestro país.
Por ello exigimos la salida de nuestro país de dicho bloque militar, recuperando un status de neutralidad que nos permita jugar un papel independiente y por la paz en el escenario geopolítico mundial.
Abogamos por el desmantelamiento y reconversión de toda la industria militar.
Queremos que se reviertan los gastos armamentísticos y se inviertan en la salud, la educación, la vivienda, los cuidados y la igualdad. Un cambio de paradigma que ponga en el centro la vida contra las políticas que priorizan el armamento y las bases de la OTAN en detrimento de la igualdad y del cuidado de la vida.
#RefugiofrentealaGuerra
No a la OTAN, NO a las Guerras, Bases Fuera, No al Presupuesto Militarista.
Asturies pola Paz.