65 millones de Personas.
La Jornada Mundial de las Personas Refugiadas no ha ofrecido motivos para ninguna celebración. Al contrario, estuvo rodeada de estadísticas y noticias que siguen provocando desazón. Los datos que difundió la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) revelan que los expatriados registrados en diferentes áreas del mundo sumaron 65 millones en el 2015. Es decir, se agregaron 6 millones a los 59 millones contabilizados en el 2014. El drama que afrontan los perseguidos se evidencia en otro dato: en la actualidad, una de cada 113 personas se ha visto obligada a dejar su casa por efecto de los conflictos.
Colombia volvía a asumir el triste papel de record de personas en desplazamiento forzado, 6,9 millones, superando a Siria e Iraq.
En Venezuela se han acogido 5,6 millones de personas colombianas: de ellas 250mil son refugiadas. 60mil más son atendidas por el Acnur en Ecuador.
En cuanto a refugiados, el principal país de origen es Siria, con 4,9 millones de personas, seguido de Afganistán, con 2,7 millones, y Somalia, con 1,1 millones, seguido por Sudán del Sur, con 777.700, Sudán, con 628.800, República Democrática del Congo, con 541.500, República Centroafricana (471.100), Birmania (451.800), Eritrea (411.300) y Colombia (340.200).
Estas cifras suponen que cada minuto 24 personas en todo el mundo se vieron obligadas a abandonar sus hogares en 2015.
El informe precisa que para finales de 2015 los países empobrecidos acogían a cerca de 14 millones de refugiados, los que compara con los 2,2 millones que han sido recibidos en países ricos.
Turquía es el país que más refugiados acoge a nivel mundial, con 2,54 millones, en su mayoría sirios, le sigue Pakistán, con 1,6 millones, Líbano, con 1,1 millones, Irán, con algo menos de un millón de refugiados.
En quinto lugar se encuentra Etiopía, con 736.100 refugiados, seguida de Jordania (664.100), Kenia (553.900), Uganda (477.200), República Democrática del Congo (383.100) y Chad (369.500).
En el Informe de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) se ha alertado de que tanto la Unión Europea como España adoptaron medidas que han puesto en grave peligro un derecho humano como el asilo.
La continuidad de los conflictos en países como Siria, Irak o Afganistán provocó que cientos de miles de personas vieran en Europa la última posibilidad para salvar sus vidas y las de sus familias. Así, el número de solicitantes de asilo en Europa se duplicó en 2015 respecto al pasado año, llegando a 1.321.600 y sólo se resolvieron favorablemente poco más 300.000.
La decisión de los países de la UE de blindar las fronteras y no ofrecer vías legales para solicitar asilo provocó que la mayoría de los refugiados tuviera que arriesgar su vida en el Mediterráneo, sortear vallas de alambre y alargar su recorrido debido a los cierres de frontera.
Más de 3.700 personas perdieron la vida en ese periplo, manteniéndose como la ruta más mortal del mundo.
“Primero con su pasividad, y luego con su blindaje de fronteras, Europa ha perdido una gran oportunidad para estar a la altura de sus valores fundacionales y demostrar que se toma en serio los derechos humanos”, sostuvo Estrella Galán, secretaria general de CEAR.
La distribución de las solicitudes de asilo en Europa fue muy desigual. Alemania recibió cerca de medio millón, mientras que España, pese al incremento, se mantuvo entorno al 1% del total. Países como Hungría o Austria dieron a sus políticas de asilo un claro sello xenófobo y autoritario.
Pese al movimiento de solidaridad sin precedentes que se inició en Europa desde septiembre hacia las personas que huyen de la guerra o la persecución, los líderes de la UE fueron incapaces de ofrecer una respuesta común y de cumplir los compromisos que ellos mismos habían establecido.
“La diferencia entre la lentitud en el proceso de reubicación y la rapidez con la que se adoptó el acuerdo con Turquía es la mejor muestra la voluntad política de la UE: acogemos a cuentagotas durante meses, cerramos fronteras en un instante”, lamentó Galán.
“Si no se produce un cambio profundo en las políticas de migración y asilo de la Unión Europea, todos los tratados y normativas que reflejan el derecho de asilo quedarán en papel mojado”, alertó Paloma Favieres, coordinadora de los servicios jurídicos de la entidad.
España: récord y retroceso
En 2015, España recibió cerca de 14.881 solicitudes de asilo, la cifra más alta jamás registrada, aunque sigue representando un año más solo el 1% de las que atendieron los países de la UE. Un año más, las personas de nacionalidad siria encabezan el listado de solicitantes, seguidas de las que proceden de Ucrania y Palestina.
Sin embargo, solo se resolvieron poco más de 3.200 solicitudes, de las cuales se aceptó el 31%, un porcentaje muy alejado de la media europea que se situó en torno al 50%. “Resulta muy decepcionante comprobar cómo España apenas pudo ofrecer el año pasado algún tipo de protección internacional a 1.020 personas y reubicar a 18 refugiados de los 16.000 comprometidos”, afirmó la secretaria general de CEAR.
Además, la organización critica en su informe la “congelación” de los expedientes procedentes de Ucrania o Malí en espera de que los conflictos lleguen a su fin, la continuidad de las llamadas “devoluciones en caliente” en Ceuta y Melilla, cuya ilegalidad han establecido diferentes organismos internacionales; así como las dificultades de acceso al procedimiento de asilo en los Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE).