Presenta : ALFREDO SOLER
-Nos toca pensar en torno a algo que tiene mucho que ver con lo que hemos visto en la película de la Isla de las Flores: el derecho al territorio y a la cultura y ambos globalmente concebidos.
Antes de nada presentarme: soy Alfredo miembro de Soldepaz, y efectivamente estoy aquí de una forma circunstancial ya que tendría que ser un compañero o compañera de la Cooperativa Makila, el que tendría que estar moderando esta mesa.
En todo caso todas las conclusiones que salgan de esta mesa se las dedicaremos al compañerito que acaba de venir al mundo.
Me vais a permitir que haga un recuerdo a un personaje cubano. Yo creo que la tierra de donde venimos y donde acabamos y la cultura que es esa habilitación que nos hace portadores de identidad, de conocimiento, de sabiduría, conforman una unidad indivisible del ser humano. Y decía este personaje cubano que es José Martí, que sólo la cultura nos hace libres. Y es precisamente esa propuesta de cultivo del conocimiento, unido a los machetes de los Guajiros cubanos, de los campesinos cubanos los que liberaron su tierra de la colonización. Posteriormente tras la neo colonización fueron ansia de conocimiento, saber y de dignidad de los desterrados también de la Sierra y de la Loma, los que alzaron a los barbudos a la Habana en 1959
Hace unos pocos días leía en un artículo del País, de Mauricio Vicent, que lo titulaba La Segunda Revolución Cultural en Cuba. Y hacía referencia al desarrollo enorme. Era curioso que no tuviera ninguna consideración negativa este artículo contra Cuba, lo cual no deja de ser una cosa sorprendente porque era imposible que lo tuviera. Se refería al enorme desarrollo que ha tenido en los últimos años la educación cubana y en particular en las zonas rurales con las nuevas tecnologías de la comunicación con aparatos de televisión, de vídeo en cada escuela, con computadoras hasta en los centros más lejanos y muchos de ellos con energía solar. Y eso había producido además de un tercer canal educativo, un desarrollo enorme de la cultura y daban los datos del nivel de formación de la identidad cultural del pueblo de Cuba que como dice Silvio esto no sale del cuerno de una cabra.
Y hago referencia a Cuba porque me sale del alma y porque como decía el compañero esta mañana parece que es la patria de la vieja Francisca. Pero en mucha mayor medida tras este sentimiento de tierra, de cultura, de identidad y de valores y brillantes ejemplos en el mundo entero y además ejemplos millonarios como significa el ejemplo del MST, de esa simbiosis de tierra y cultura, de la propia idiosincrasia de MST y de otros movimientos populares, indígenas de América Latina y de otras partes de la tierra.
Incluso del Estado Español. Es una lástima que no estuvieran aquí presentes hoy por diversas circunstancias y nos hablaran del pueblo de Marinaleda con 25 años de poder político campesino y donde la cultura es algo fundamental para ellos mismos. Son jóvenes campesinos los que dirigen y llevan sus medios de comunicación en Marinaleda y todas las actividades de cultura. En este contexto voy hablar, van hablar los compañeros y compañeras en la mesa sobre este asunto, desde sus ópticas, desde donde viven y luchan. Hablará Héctor Mondragón, Jesús Montilla y Pedro Quimbiamba defendiendo el Fenocin de Ecuador. Con ellos os dejo.
PEDRO QUIMBAMBA-FENOCIN-ECUADOR
-Buenas tardes a todos y a todas. Quiero empezar diciendo que los Territorios en el sector rural y en el sector indígena no han sido autodeterminados como tales. Muchos habrán escuchado el caso ecuatoriano de las circunscripciones territoriales, pero eso significa que en las últimas décadas algunos de los estudiosos desde nuestro punto de vista real se inventaron esto de la territorialidad.
Para nosotros nuestros territorios definen las familias, para nosotros los territorios definen nuestras propias culturas. Pero ¿quién define la Cultura?
Son los principios ideológicos de las personas, de las familias. Con esto quiero decir que nuestros conocimientos, nuestra tecnología, concretamente en el tema agrícola y pecuario no es que nuestros ancestros hace 300 o 400 años no tuvieran tecnología. Antes había mejor tecnología. Hoy es minusvalorada, no se la tiene en cuenta.
Pero quiero aprovechar este espacio, a propósito de la Reforma Agraria; que también es importante rescatar estos valores, esos conocimientos, esa tecnología. En ese marco es importante que en este tipo de eventos se hagan declaraciones, son importantes. La declaración no vas más allá de ser político pero como se enseña a la gente es haciendo. Nuestros compañeros cuando ven aprenden, cuando escuchan se olvidan. Desde esa óptica nosotros creemos pertinente, impulsar un gran proceso de capacitación con metodología de campesino a campesino ¿qué significa eso? donde un campesino le enseñe a otro.
Finalmente hemos dicho ¡todos somos profesionales! en esta cotidianidad todos somos profesionales, con esto ¿qué quiero decir? que de alguna manera no haya esa marginación, que no se margine a nadie, con la diferencia de que unos profesionales son expertos en conducción de vehículos, otros en leyes, otros en cultivar papas, otros en frutales, de alguna manera somos profesionales.
Las costumbres de las comunidades son parte de este gran convivir cultural. Hoy en día en el campo de Ecuador y en algunos países de Latinoamérica han sido llevados a la aculturización. No es que estemos en contra de la tecnología y de la globalización, en este caso a nosotros las computadoras nos obligan. Y yo por eso muchas veces, en nuestras comunidades he dicho que la televisión en nuestro medio es una escuela de crimen. Así lo concebimos nosotros, para quien no la saber utilizar. En este sentido nos aculturizan, nos cambian, nos obligan a pensar de otra manera, a pensar en otro sentido que va afuera de nuestro alcance real. Quiero rescatar en este sentido, por ejemplo, hablando de la biodiversidad, en nuestras plantas medicinales, nuestros conocimientos, nuestra tecnología, nuestros saberes sobre esas plantas ¿adónde han ido a parar? Quiero poner un ejemplo concreto: la quinua que es un producto de la tierra ecuatoriana, se la llevaron a los Estados Unidos, la procesaron y ellos tienen ahora la propiedad.
¡Mucho ojo con la propiedad intelectual!.. y así podríamos hablar de muchos productos y de muchas plantas medicinales. Yo creo que este tema de la propiedad intelectual también debe entrar a la gente porque es parte de la cultura, parte de nuestro convivir. Y no solamente estoy hablando en este caso de los países latinos sino también de otros países y de otras sociedades que también han sido atropelladas por este sistema. En Ecuador apenas como país representa, no sé si el 1. 5 del territorio de Suramérica. Pero sin embargo representa el 10% de la riqueza de la flora y la fauna del mundo con más de 200.000 especies.
Existe riqueza, nos ponemos a pensar que ha sido atropellada muy fuertemente ¿cómo atropelladas? Aquí podemos señalar que en muchos de los casos, las implantaciones de las empresas petroleras, por ejemplo, la tala indiscriminada de bosques, la contaminación de las aguas por los servicios que dan, y en este caso Ecuador es uno de los países con mejor producción de flores pero también es uno de los que más contaminan el ambiente, porque la contaminación no está simplemente en el territorio donde están instaladas las empresas florícolas, eso se ha dispersado a nivel del país y del mundo.
Nosotros en este sentido creemos que están definidas como dos tipos de agricultura en nuestro medio; una empresarial y la otra sería campesina. Apenas según datos que tenemos últimamente la de exportación responde apenas al 4% del total de la agricultura, por lo tanto el 4% tendrán tecnología, tendrán capacidad de exportación y el 96% no, el 96% somos los que defendemos la canasta básica ecuatoriana. Creo que en este sentido es importante pensar en acciones muy concretas y prácticas.
Últimamente nosotros debemos empezar a decir que nos dejemos de discursos y empecemos a pisar lodo. Yo creo que eso es importante, demostrar haciendo. En la mañana los amigos que estaban participando en la mesa nos decían que nosotros estamos en proceso de valorar lo nuestro, y es así. Yo creo que por ahí deberíamos de empezar. Una serie de eventos que nosotros hemos realizado en defensa de la semilla, en defensa de la soberanía nacional, creo que eso es una de las relaciones importantes. Eso de intercambiarse semillas a nivel nacional, lo hemos hecho a nivel regional andino y ya hemos avanzado algo. Eso creo que son acciones concretas. Eso lo tendríamos que impulsar, sin desmerecer a ninguna de las organizaciones no gubernamentales a instancias de cooperación. A veces también son parte de este gran proceso de desconocimiento de estas tecnologías. Pero en nuestro caso hemos definido políticas, desde las comunidades, desde la organización nacional y les hemos dicho a nuestros amigos que quieren cooperar con nosotros que ellos tienen que ponerse en el plano de facilitadores de estos procesos, creo que eso es lo correcto.
Porque algunas organizaciones, si nos han llamado fue simplemente a cumplir políticas de acuerdo a sus requerimientos muchas veces impuestos y eso es lo que ha fracasado. En este sentido yo creo que la lucha de ustedes y de nosotros tiene que ser hacia allá, hacia construir una sociedad que nos permita avanzar juntos, hacia construir una política agraria hacia la defensa de nuestra cultura, de nuestra tradición, de nuestras costumbres. Porque en definitiva se ha ido deteriorando con el paso del tiempo y muchas veces la globalización nos ha obligado ¿Y por qué no podemos normalizar la lucha? ¿Por qué no podemos consolidarla? Eso también es importante para nosotros.
Finalmente quiero decirles que a veces lo que uno dice o piensa como que simplemente fuera una gota de agua en el mar, pero yo digo que si ese mar fuera poco, no habría ni siquiera una gota. Amigos y amigas en este sentido nosotros como organización, y a eso les invitamos, estamos trabajando fuerte en construir políticas agrarias que vayan en defensa de estos sectores que lo necesitan. Reconociendo la convivencia a nivel de ciudadanos ecuatorianos del campo y la ciudad, eso es lo que a nosotros nos interesa. Finalmente quiero decirles e invitarles a que construyamos una sociedad intercultural, justa y solidaria en beneficio de nosotros. Muchas gracias
HÉCTOR MONDRAGÓN – COLOMBIA
-Buenas tardes compañeros y compañeras. En el año 1991 para que México firmara el Tratado de Libre Comercio de América, se cumplió una condición por Estados Unidos, que fue derogar el artículo 27 de la Constitución Mexicana. Decía que las tierras comunales son inalienables, inembargables e imprescriptibles; era un artículo conquistado por el pueblo mexicano y en concreto por los indígenas y los campesinos en la revolución de 1917 y con eso se consagró la contrarrevolución en México.
Eso causó sin lugar a dudas el motivo fundamental del levantamiento Zapatista que ocurrió precisamente a primeros de enero de 1994, al empezar a regir el Tratado de Libre Comercio en Norteamérica.
Significó esa disposición romper el principal derecho colectivo establecido por la Revolución Mexicana, el principal derecho colectivo de los pueblos indígenas y también de muchos campesinos mexicanos que era el derecho a la tierra comunal, un derecho que no podía ser vendido, embargado ni prescrito.
El Tratado de Libre Comercio es ante todo un instrumento para destruir los derechos colectivos y para establecer unos nuevos derechos que son los derechos de las transnacionales y los derechos de los inversionistas como ellos dicen. Y para los inversionistas el hecho de que las comunidades tengan el derecho territorial es un obstáculo inmenso, porque ellos quieren que la tierra sea libre para hacer mercancía, libre para que ellos se apoderen de la tierra.
Quieren romper el vínculo que existe entre la tierra y la comunión y es precisamente ese derecho al territorio el que los pueblos indígenas en Colombia conquistaron en ese año de 1991 como fruto de las circunstancias particulares, que se dieron esa oportunidad por una nueva constitución en Colombia como resultado de un proceso de paz que hubo en esta oportunidad.
Se da en Colombia una situación tan particular como es aún los pueblos indígenas tienen al menos nominalmente en la Constitución sus derechos, sus derechos colectivos, sus derechos territoriales. Y entre ellos el derecho al territorio y al carácter alienable, e imprescriptible de los territorios indígenas, cosa que también ocurre para los afro colombianos, no así para la mayoría de los campesinos del país que no tienen este derecho que no fue consagrado para ellos en la Constitución, como en parte existía en México. Las tierras comunales en México eran tierras campesinas y es precisamente ahora en Colombia cuando se discute el Tratado de Libre Comercio cuando esto pasa a ser puesto en cuestión, toda esta estructura que conquistaron los pueblos indígenas en la Constitución del año 1991 que parte del reconocimiento, de la diversidad de la nación y de la declaración de que todas las culturas que hay en Colombia son iguales de protección y son un valor nacional que hay que proteger.
Esto es una conquista fundamental, porque la forma como la sociedad colombiana se había formado de índole completamente racista e etnocentrista, desconocía totalmente el valor de las culturas indígenas. La palabra “indio” se utilizaba como una ofensa y se desconocía también el valor de las culturas afro colombianas que ni siquiera se reconocían como existentes, y desde luego de las culturas campesinas dado que la palabra “campesino” era también un despectivo. Reconocer ese valor de las culturas indígenas significa reconocer que la concepción territorial indígena es válida, que el uso del territorio de acuerdo con esa cultura indígena es igualmente válido, que la economía indígena es igualmente válida.
Pero estamos ahora frente a la firma del Tratado de Libre Comercio y con Estados Unidos la negociación debería de haber empezado en enero pero por la lucha de la gente y las contradicciones que la propia oligarquía colombiana tiene con respecto a ese tratado han hecho que se prolongue, lo mismo que en Ecuador y Perú, hasta julio. Esto genera una presión hacia la eliminación de los derechos indígenas: ¿por qué?, porque los otros derechos han sido eliminados, los derechos obreros y campesinos en Colombia no existen, fueron destruidos por él gobierno de Uribe, y de los que quedaban, como decía esta mañana, como ejercicio de la recolección de la cosecha de años de terror en Colombia que eran los derechos indígenas se ha visto en lo últimos tiempos un aumento acelerado de la violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas y de los asesinatos de indígenas. Se ha aumentado el número de asesinatos indígenas. El año pasado fueron asesinados 115 líderes indígenas, este año ya llevamos 20 y es en una situación en que efectivamente se presentan proyectos de reforma constitucional para tratar de echar abajo sus derechos.
El proyecto político de Uribe Vélez, que implica recoger la cosecha de años terror, tiene un marco jurídico institucional que es el de cambios constitucionales. Uribe ha intentado una gran reforma constitucional: prácticamente pretende echar abajo la anterior Constitución de Colombia, que es una Constitución democrática , y poner la Constitución a tono con los hechos, con la realidad.
Es decir, hacer una Constitución que no sea democrática porque Colombia no es una democracia. No es una democracia un país en el que se matan más de 100 dirigentes sindicales al año o más de 100 dirigentes sindicales o campesinos, donde hay más de una masacre al día, donde desaparecen más de dos personas al día. Si eso es una democracia…que me lo expliquen.
Se trata de poner la Constitución de acuerdo con los hechos, que no son democráticos y sobre esa base Uribe Vélez ha empezado un proyecto de reforma constitucional que afortunadamente gracias a la lucha del pueblo y a varios sectores democráticos y a la corte constitucional ha fracasado.
Su proyecto de reforma constitucional tiene una pieza fundamental que era un referéndum para hacer unos cambios en la Constitución. Por todo el mundo se dice que Uribe Vélez es un presidente muy popular, que tiene 70% u 80% del pueblo su favor, sin embargo en el referéndum que fue en octubre del año 2003, en plena popularidad, Uribe no logró que el 18% de los colombianos votaran sí.
Yo siempre digo que ese referéndum fue como el cuento del niño del traje del emperador, que decían que todo el que no viera el traje de oro del emperador era un criminal o un idiota, entonces nadie se atrevía a decir que no lo veía y un día en un desfile, un niño que estaba en el desfile muy ingenuo gritó:¡el emperador está en pelota! y así pasó en Colombia en el referéndum del año 2003, se decía que todo el que apoyara a Uribe era terrorista o estaba loco. Y en el referéndum descubrimos que ni éramos terroristas ni estamos locos, sino que Uribe no consiguió ni siquiera el 18% para que votaran en el referéndum. Dicen que votó el 24%, lo cual es cierto porque en algunas ciudades como en Medellín a los trabajadores les decían que el que no llevará el lunes el justificante de que habían votado quedaban sin empleo. Iban y votaban y para no votar a favor tachaban, anulaban el voto y lo echaban en la urna y les daban el justificante de que habían votado. Y el Consejo Electoral que es el tribunal de Colombia declaró que los votos nulos eran válidos y sobre esa base llegaron al 24%.
Pero no lograron aprobar el referéndum. Les fracasó. Entonces el referéndum en Colombia fue el niño del cuento que dijo que el emperador estaba en pelota. Y nos hizo dar cuenta de que no éramos terroristas ni que estábamos locos la mayoría de los colombianos.
Y siguió haciendo esfuerzos para cambiar la Constitución. Una reforma constitucional que la votó el congreso autorizando las detenciones y allanamientos sin orden judicial. Y la Corte Constitucional la echó abajo. Y ha habido otros proyectos de reforma constitucional que no han podido imponer y esos tienen que ver directamente con los pueblos indígenas y con la territorialidad.
Por ejemplo, de nuestra Constitución se reconoce una acción, que es una acción judicial de Tutela para defender los derechos fundamentales y colectivos. Uribe presentó un proyecto de reforma constitucional que decía que ya no se podían defender los derechos colectivos frente a esta acción de tutela. Y además que tampoco se podían defender de un derecho y era contra un plan de desarrollo o el presupuesto nacional. Quiere decir que los planes de desarrollo están por encima de los derechos fundamentales de la gente.
Destruir el derecho colectivo, destruir el derecho social, económico, cultural, para imponer los derechos de las transnacionales eso es lo que significa el Tratado de Libre Comercio, que apunta también a otra reforma constitucional que es aquel sobre los territorios indígenas que en la Constitución Colombiana son entidades de la República, luego son autónomos. Tienen autonomía constitucional. Y presentar una reforma constitucional, que decía ya no que todos los territorios son entidades, que decía una perogrullada que dice que las entidades territoriales indígenas son entidades territoriales, cosa que en la práctica significa que sólo los gobiernos tienen autonomía, y eso significa que solamente le van a dar autonomía a los que acepten los planes de desarrollo, las petroleras, las represas, las autopistas y las hidroeléctricas. Entonces vemos una situación en la que nos pone al libre comercio, que es romper los derechos colectivos, colectivos sociales y culturales de los derechos humanos a cambio de los derechos de las transnacionales, eso es lo que significa el Tratado de Libre Comercio, para nosotros y para todos los pueblos de América Latina y del mundo, ese es el libre comercio.
Porque no es un problema de comercio, es cambiar la constitución del mundo. Por eso uno de los artículos que proponen los gringos es que las transnacionales tengan el derecho a que las juzguen en sus litigios con los nativos de acuerdo a las leyes del país de origen. En Colombia hay un caso de un litigio con una transnacional de electricidad que se acogió a la ley de Estados Unidos y entonces descubrió que la francesa era mejor y como tenía unos accionistas franceses pidió en el arbitraje internacional a que le aplicaran la ley francesa, de acá entonces toda la jurisdicción nacional y con mucho más razón la jurisdicción autónoma de los pueblos indígenas se acaba toda en territorialidad.
No hay territorios, no hay territorialidad para los nacionales, hay simplemente mercancías y derechos del inversionista. En todo esto se encuentra uno con la tesis de un norteamericano Samuel Huntington , que es el ideólogo de La Guerra de las Civilizaciones, que escribió ese libro para priorizar lo que después se volvió una realidad; por eso es tan peligroso, no es un mero intelectual, sino que es un intelectual orgánico de la guerra que hay actualmente.
El escribió La Guerra de las Civilizaciones que es lo que supuestamente tenemos hoy entre el mundo árabe y musulmán de un lado y Estados Unidos e Inglaterra del otro. La civilización anglo y la civilización musulmana. Lo que él confronta en su libro como un choque inevitable. El ha escrito ahora otro libro que se titula «La Amenaza Hispana». Por hispano entienden los latinoamericanos que van a Estados Unidos o que viven en Estados Unidos y el dice que si en el exterior la peor amenaza son los musulmanes en el interior la amenaza son los hispanos. Amenazan la cultura, amenazan la civilización ingrata de explicar por qué. Pero cuando llega la esencia del asunto dice: la diferencia fundamental, según él, la cultura hispana y la cultura anglo, es que los hispanos tratan de imponer ciertos hechos colectivos. Yo diría que ésta es más bien una característica de los indígenas. Y los anglos tratan de imponer derechos individuales y la civilización se basa según él en derechos individuales y los derechos colectivos son el fin de la civilización. Eso es lo que en estos momentos estamos confrontando nosotros en América Latina.
Nosotros estamos por los derechos colectivos. Y un derecho colectivo fundamental, es el derecho al Territorio, ese territorio que no es solamente la tierra, es el conjunto del territorio. Es también territorio vivo, por eso vamos también a esa pelea tan importante que es el derecho a la propiedad intelectual. Porque quieren patentar los productos animales, quieren patentar las plantas, han patentado el yagé, que es un vegetal, un bejuco de la Selvas Amazónica, que lo conocen los indígenas desde hace miles de años. Han patentado la quinua, un producto de hace 7000 años de la agricultura boliviana, peruana, colombiana y ecuatoriana. Quieren patentar las semillas, quieren patentar la biodiversidad de la Amazonia, han patentado a un indígena panameño e inclusive en los propios Estados Unidos hay un litigio judicial estos días de un laboratorio con un enfermo de un hospital que un laboratorio le patento un gen al señor, a un gringo. Y el gringo dice que el gen es de él y el laboratorio dice que no, que es de ellos. No sé que fallará finalmente, pero los seres humanos, creemos que son de él, que los genes son de nosotros, de los animales, de las plantas, no de los laboratorios.
Es como coger un edificio, hacerle el sanitario y patentarlo porque uno hizo el sanitario. Porque el maíz hace 7000 años era una espiga, no era una mazorca, no era como es hoy y el esfuerzo de 7000 años de trabajo de los agricultores indígenas y de otros agricultores después es el que ha hecho las mazorcas de tantos colores y tantos tamaños, texturas, durezas, etc. Es un edificio construido en 7000 años y estos señores ven un sanitario lo patentan y dicen que es de ellos. Es lo que significan los transgénicos, que independientemente de los problemas de salud que haya con los transgénicos, el principal problema económico de los transgénicos es el intento de monopolizar la alimentación del mundo, de dominar la vida del territorio.
Esta mañana se preguntaban ¿por qué ustedes pelean por los transgénicos y si luego no pelean por la tierra, si el transgénico significa tomarse toda la vida que hay dentro del territorio? Porque el transgénico puede contaminar los demás vegetales de la región, como pasó en Canadá. Los agricultores hoy tienen que pagarle a Monsanto porque sus semillas, sus plantas, quedaron contaminadas por el polen del aire de los transgénicos. Y un pleito de muchos años en Canadá que acaba de fallarse el año pasado por la Corte Suprema de Canadá diciendo que los vecinos le tienen que pagar a Monsanto, porque sus plantas están contaminadas de transgénicos de Monsanto y entonces sus plantas son de Monsanto. Y así van a quedar todos los agricultores del mundo. Los señores de Monsanto y su gente van a ganar por renta de los transgénicos más que lo que cualquier señor feudal se hubiera imaginado jamás en la historia. Ya que van poder cobrar a todos los agricultores del mundo porque no vamos a tener semillas propias. Ya en Europa el porcentaje de semillas propias es muy bajo, ya casi todo el mundo le tiene que pagar a los laboratorios por sus semillas y yo le digo siempre a los amigos campesinos: no se les olvide lo grave que es que a uno lo «agarren de las semillas».
Cuando lo agarran a uno de ahí, queda quieto. No se dejen «agarrar de las semillas», ¡no nos dejemos agarrar por las semillas!, ¡defendamos nuestras semillas! Esa es la vida del Territorio, esa es la parte de la vida de la tierra. No es sólo el suelo, es la vida de la tierra. No podemos dejar que ellos se apoderen de eso. Si tienen las semillas lo tienen todo. Si nosotros tenemos semillas tenemos comida y si tenemos comida podemos resistir hasta el fin.
Pero si ellos tienen la semilla nosotros no tendremos la comida y si no tenemos comida, o nos rendimos o nos morimos. Ellos tienen una estrategia, porque estos señores dueños de los laboratorios de los transgénicos, de las semillas, de los Monsanto, son los mismos grupo de capital que tienen las demás industrias. Tienen la industria de alimento por ejemplo, Monsanto es del grupo Citybank, que tiene dos transnacionales de alimento que son las Phillips Morris que es la que hace los cigarrillos para matar a la gente ( El Ministro de Salud de los Estados Unidos es de la Phillips Morris, en premio por los cigarrillos que hizo). Y también es la que comercializa el café colombiano que es Rexona, que es Lipton, que es Maizena. Grandes fábricas de alimentos que son las que imponen mediante los tratados de libre comercio que importemos los alimentos. La misma Monsanto es la que produce el glifosato que es con lo que fumigan los cultivos de coca de Colombia y dicen que es para acabar con el narcotráfico.
El año pasado fumigaron en Colombia más de 130.000 ha de coca, matando la naturaleza. Y sólo había sembradas 116.000 ha, es decir fumigaron más de 15.000 de las que había. Y no disminuyó ni un cm. cuadrado sembrado de cultivos ilegales de coca, ¡ni un cm. Cuadrado! Porque el problema es de otra índole, es un problema económico.
Fumigar los cultivos está sirviendo para desplazar a los campesinos, para quitarles las tierras de sitios estratégicos donde van a pasar los megaproyectos. Y el Citybank es también el que produce por medio de su empresa General Dymamics los helicópteros que están en el plan Colombia disparando, los helicópteros Black Hawk de la empresa del Sr. Rumsfeld que es el secretario de defensa de los Estados Unidos. Y es el principal accionista de la Chevron (Texas) empresa que tiene los depósitos de gas en Colombia. Y de la cual fue directora en Asia la actual secretaria de los Estados Unidos Condoleeza Rice. Y ellos igualmente manejan empresas de la más diversa índole como la Halliburton de Iraq que tiene los contratos en ese país. Ese es el grupo de capital que más influencia tiene en el gobierno de Bush. También hay otros como de la Epson Móvil que es un grupo muy importante del Morgan Chase Bank, que también está en el gobierno de Bush. O el grupo de Coca Cola que apoyó a Kerry, el principal asesor de Kerry era el dueño de Coca-Cola, Warren Buffet.
Son grupos que tienen una estrategia que busca romper nuestros derechos fundamentales. Romper nuestra Constitución y romper nuestro derecho al territorio. Por eso en Colombia el Movimiento Campesino Indígena y de Negros está basado en una estrategia. Porque una estrategia sólo se derrota con una estrategia contraria que sea capaz de oponerse y de derrotar a ese enemigo tan poderoso en la unidad de los pueblos. Y es una estrategia en la que el Territorio y la Cultura tienen un papel fundamental.
Los campesinos colombianos están aprendiendo como decía el compañero de Ecuador ayer, a que el título individual no sirve, están aprendiendo eso los indígenas.
Se ha hecho una propuesta inicial que es la de las Reservas Campesinas que legalmente se conquistó aunque el actual gobierno está demoliendo las Reservas Campesinas que se han establecido. No nos interesa la tierra para venderla, nos interesa la tierra para vivir. Porque es vida y porque ahí está la esperanza, ahí está la comida, ahí están las comunidades, ahí estamos nosotros. Nuestra estrategia parte de eso, de la tierra para la vida, de la territorialidad, de la soberanía alimentaria, de la unidad de nuestros pueblos. Y hoy escuchando a una agricultora de Asturias que quiere tierra, decía que ellos la quieren para urbanizar, ellos no la quieren para que vivamos, ellos la quieren para ganar dinero. Para ellos la tierra es una mercancía es una posibilidad de ganar dinero, para venderla más cara y para nosotros la tierra es vida. Esa tierra viva, es el territorio de parte de nuestra estrategia compañeros y la vida la completamos en la unidad de los pueblos por un mundo diferente. Muchas gracias
JESÚS MONTILLA -DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA DE VENEZUELA-:
Después de las palabras del compañero Héctor poco me queda ya por decirles. En el marco del desarrollo endógeno, nosotros creemos que el desarrollo endógeno empieza por el empoderamiento de la territorialidad, de la comunidad que vive en una zona, y del respeto a la cultura de cada región. Si eso no se logra, y las comunidades no participan y no se apoderan de su territorialidad no hay desarrollo endógeno ¿Por qué se tiene que emponderar de la territorialidad? Porque cada territorio tiene sus potenciales y el desarrollo endógeno es un desarrollo de adentro hacia afuera. Mientras que no ocurra ese empoderamiento no sabremos la potencialidad que tiene el territorio y cuáles puedan ser sus vías de desarrollo, pero un desarrollo sustentable y/o sostenible, que garantice el aprovechamiento de recursos pero que también garantice el que permanezcan ahí para la vida de las futuras generaciones, para nuestros hijos.
Esto se resume en un viejo refrán que no recuerdo el autor pero que lo leí hace poco que dice: “la tierra no la heredamos nosotros de nuestros padres, sino que la tomamos prestada de nuestros hijos”, es decir, tenemos que entregar ese testigo y para lograr esa soberanía agroalimentaria todos coinciden en que todos los nutrientes que nosotros tomamos, vienen del suelo, vienen de la tierra.
Los alimentos son unos vectores, son los que transportan los nutrientes del suelo y nos los aportan a nosotros, son los vegetales, los animales, porque si no tuviéramos esos reactores sino tomáramos esos alimentos, no haría falta cultivar. Todos los nutrientes vienen de la tierra, todos. Por eso es importante conservar ese recurso y evitar a toda costa, como decía el amigo Héctor que no nos lo quiten las transnacionales y nos impongan ese monopolio de alimentación.
Nosotros creemos en el desarrollo endógeno, en la territorialidad como eje central el desarrollo humano. El desarrollo humano no es más que respetar las diferentes culturas que existen en los diferentes territorios de todos los países y es algo que podemos observar. Las grandes empresas trasnacionales sabemos que son las únicas que se benefician, si esa diversidad de Cultura, esa identidad, si nuestros pueblos pierden esa identidad, ellos son los que ganan. Pueden fácilmente hacer el empeoramiento al revés, del agente externo, se empoderan las grandes transnacionales.
En Venezuela estamos promoviendo la recuperación de las semillas autóctonas, creemos y coincidimos completamente con el amigo Héctor de que si no producimos nuestra semillas, la dependencia va a ser igual. En Bailadores, un pueblito de Mérida, el otro día en un foro un productor decía que no creía que nosotros en Venezuela importamos el 75% de los alimentos, porque él la lechuga que se comía era producida ahí y los pollos también y tomó la palabra un profesor y le dijo: sí, la lechuga se produce aquí pero la semilla es importada, los pollos se producen aquí pero las abuelas también son importadas, dependemos de la importación de los Estados Unidos, de las gallinas reproductoras, de carne y de huevos.
Tenemos una dependencia en Venezuela total. Importamos el 75% de los alimentos que consumimos y con el agravante de que el alimento importado es mucho más barato que producirlo, que los costes de producción. Se está recuperando un plan de variedades de semillas junto con los campesinos para garantizar la biodiversidad, mantener el medio ambiente y bajar la dependencia porque si no es así, nunca vamos a ser soberanos y por supuesto respetando la cultura de los distintos pueblos que viven en nuestro país. Yo creo que este es el punto central que puedo aportar a la mesa después de las intervenciones tanto de Pedro como de Héctor. Muchas gracias.
PEPE RAMÓN DEL SINDICATO LABREGO GALEGO-
Para comunicarse en los distintos sitios, cuando hay foros amplios, hay que utilizar conceptos, es un término malo porque a veces el tiempo es muy corto y después de vuestras exposiciones , creo que hay un término que ha salido poco pero que es necesario utilizar por lo que veo en vía campesina y es la Reforma Agraria que aquí en Europa por ejemplo suena, como se decía por la mañana, anacrónico. Y hay otra palabra que también suena anacrónica en todo el mundo pero creo que no hay ni Soberanía Alimentaria, ni Reforma Agraria, ni desarrollo endógeno ni por supuesto unidad de todas estas propuestas si no aplicamos el principio de protección.
Y lo digo porque en la zona norte todavía tenemos algunas figuras de montes comunales que también son inembargables, que son inexpropiables, pero que están en instancias administrativas tratando de quemar esas figuras para que puedan ser vendidos.
Las comunidades se protegían, los derechos se protegían, ahora se siguen protegiendo. Una semilla que patenta una multinacional se protege, como la patente también, y ¿por qué tenemos nosotros que tener miedo a decir que queremos protegernos? Sí, el principal principio es la protección , porque sino no hay posibilidad de conservar y de defender nuestros principios y nuestras necesidades.
HABLA HÉCTOR MONDRAGÓN-
Por mantener esa figura jurídica que es la Tutela, es lo mismo que decir la protección ¿de qué? de los derechos fundamentales ¿de qué derechos fundamentales? de los derechos colectivos. Y prácticamente lo que quisiera resumir de alguna forma, es que estamos en una confrontación, entre lo que protegemos, o protegemos los derechos colectivos y los derechos de las comunidades, los derechos de los pueblos, el derecho a la territorialidad, los derechos humanos o protegemos los derechos de las transnacionales, o el derecho de los inversionistas. Esa es la discusión.