20 de junio. Día mundial de las Personas Refugiadas.
De Refugio SABEN y mucho la gente saharaui, quienes tienen a la mitad de su población en un campo de refugiados desde 1975, mientras la otra mitad vive bajo la represión de Marruecos en su propia tierra, el Sahara Occidental, o bien en la diáspora.
El pueblo saharaui está acostumbrado a ser silenciado por el Gobierno español de turno. El olvido de su causa ha calado en la memoria de la población española y solo unos pocos intentan mantener viva la llama de la esperanza para los que un día fueron nuestras/os conciudadanas/os.
Mientras el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana aplaude a Argelia por su decisión de brindar apoyo a los refugiados saharauis en plena crisis de la Covid-19…
aquí, el Tribunal Supremo ha establecido un cambio de criterio en que haber nacido antes de 1975 en el Sahara Occidental no da derecho a la nacionalidad española de origen. Hasta ahora muchos saharauis habían tenido la nacionalidad española tras haber demostrado ser españoles durante su infancia o ser descendientes de quienes lo fueron hasta 1975, fecha en la que España traicionó a la antigua colonia. Por ello se produjo una larga guerra entre el Frente Polisario, Mauritania y Marruecos, que logró ocupar la mayor parte del territorio.
Se desconoce así que en las Naciones Unidas se reconoce al Sahara como español y la propia Audiencia Nacional dice que nuestro país sigue siendo la potencia administradora «de derecho». La nueva sentencia del Supremo obvia el Sahara Occidental era la provincia número 53 de España y que los procuradores saharauis formaban parte de las Cortes franquistas.
No se puede condenar a la población saharaui a ser apátrida contraviniendo las normas internacionales y la propia Constitución española.
Palestina: son 5,4 millones de personas que viven en campamentos sitiados en pleno conflicto sirio, zonas sometidas a bloqueo militar, ciudades devastadas por los bombardeos, tiendas de campaña desprovistas de las condiciones mínimas para una vida digna, lugares de difícil acceso para la ayuda humanitaria… ésos son los escenarios donde transcurre la vida de la población refugiada de Palestina, desde que un conflicto político les sorprendiera sin previo aviso hace más de 70 años. (UNRWA).
Los olivos plantados por organizaciones e instituciones en Langreo, Corvera, Castrillón, Avilés, Oviedo y Xixón no tuvieron este año acompañamiento presencial, pero sí se ha recordado el robo de tierras por Israel. A las demandas tradicionales por la tierra, las organizaciones palestinas han añadido la preocupación por los prisioneros palestinos y su indefensión ante la pandemia sanitaria. Desde los campos de refugiados de Siria, Iraq, Líbano, desde la diáspora palestina por el mundo, desde Jerusalén Este, Galilea, y Gaza, y desde la solidaridad internacional se reclama por el derecho de los refugiados a volver a su casa.
La cárcel más grande del mundo: bloqueada por tierra, mar y aire desde hace 14 años, Gaza se ha convertido en la cárcel a cielo abierto más grande del mundo.
Las condiciones de vida en la Franja han empeorado considerablemente. El bloqueo ha diezmado las vidas de sus habitantes y también sus medios de subsistencia.
Sin posibilidad de entrar ni salir y con unas restricciones inhumanas a la importación y exportación de bienes y mercancías, una población bien formada y con alta cualificación profesional sufre la obstaculización constante de sus oportunidades de desarrollo personal y colectivo. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha amparado el derecho a las acciones de Bocot, Sanciones y Desinversiones al estado de Israel, hasta que acabe la limpieza étinica el apartheid y las personas refugiadas puedan cumplir su derecho al retorno.
Colombia sigue a la cabeza el desplazamiento mundial de personas
Colombia con más de nueve millones de personas expulsadas con violencia de sus casas y de sus tierras sigue siendo el país del mundo con más víctimas de desplazamiento forzoso, por culpa del conflicto armado interno que el gobierno se niega a resolver por vía dialogada, del accionar de los grupos de narcotraficantes y de los planes de inversión de las grandes empresas para las que el campesinado sigue siendo un estorbo que debe ser eliminado.
Durante los primeros meses del 2020 más de 10.000 personas fueron desplazadas y más de 7.300 personas sufrían en áreas rurales el confinamiento impuesto por los grupos armados, agravado por el aislamiento preventivo obligatorio por la pandemia del virus usado como mecanismo para aumentar el control social violento sobre poblaciones ya vulnerables, como los pueblos indígenas, las comunidades negras y el campesinado, que siguen en medio de la guerra y con dificultades adicionales para acceder a los bienes y servicios básicos para la supervivencia.
Desde febrero del 2019 los combates entre las guerrillas, los grupos paramilitares, el ejército y la policía vienen generando desplazamiento forzado de personas de las comunidades negras y de los pueblos indígenas de las cuencas de los ríos Atrato, Catatumbo, Ariari, Sinú, así como en los departamentos de Córdoba, Nariño, Cauca, Valle, Arauca, Casanare, Caquetá, Meta, Antioquia, Putumayo, Guaviare, Chocó y otras regiones visitadas por la Delegación Asturiana de Derechos Humanos que cada año visita a Colombia.
La llegada a Colombia hace una semana de 800 militares de los Estados Unidos sin el permiso del Congreso de la Republica y con la excusa de combatir el narcotráfico, se suma a los factores violentos, expulsores de población que amenazan con agravar el problema.
Exigimos del gobierno colombiano el cumplimiento de los Acuerdos de Paz suscritos por el Estado y las FARC, el diálogo con las insurgencias del ELN y del EPL, el combate al paramilitarismo y el cese del asesinato sistemático e impune de la dirigencia social, la restitución de las tierras robadas y las garantías para que millones de personas desplazadas puedan retornar a sus territorios y retomar sus planes de vida familiares y comunitarios.
Colectivo de Colombianos-as Refugiados-as en Asturias “Luciano Romero Molina”
ACNUR: La pandemia de COVID19 y las recientes protestas contra el racismo ponen de manifiesto cómo necesitamos luchar desesperadamente por un mundo más inclusivo e igualitario; un mundo donde nadie se quede atrás. Este momento que vivimos nos demuestra que todos desempeñamos un papel en la lucha para conseguir cambiar las cosas. Esto es la esencia misma de la campaña del Día Mundial del Refugiado del ACNUR.
Los refugiados y desplazados forzosos
Cada minuto, veinticuatro personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución o el terror.
Hay varios tipos de personas desplazadas por la fuerza. Pero todos tienen algo en común:
Refugiados
Los refugiados son nuestra principal prioridad y nos preocupamos por ellos en todos los rincones del mundo.
Solicitantes de Asilo
Solicitante de asilo es quien solicita el reconocimiento de la condición de refugiado y cuya solicitud todavía no ha sido evaluada en forma definitiva. En promedio, alrededor de 1 millón de personas solicitan asilo de forma individual cada año.
Desplazados Internos
Las personas desplazadas internas no han cruzado las fronteras de sus países para buscar la seguridad. A diferencia de los refugiados, su huida se da dentro de su propio país. Si bien pueden haber huido por razones similares a las de los refugiados, los desplazados internos permanecen bajo la protección de su gobierno, aun en los casos en que el mismo gobierno se convierte en una de las causas de su huida. Como resultado, son de las personas más vulnerables del mundo.
Apátridas
Las personas apátridas no tienen una nacionalidad y pueden tener dificultades para acceder a derechos humanos básicos. Millones de personas alrededor del mundo se encuentran atrapadas en un limbo jurídico y no son consideradas como nacionales por ningún país afectando el disfrute de sus derechos básicos.
Retornados
Los retornados, o repatriados, son los que consiguen volver a casa, la mejor solución duradera. El regreso a casa concluye un tiempo a menudo traumático en el exilio. Puede pasar meses, años o incluso décadas después de que tuvieran que huir, y en ocasiones no llega a suceder del todo.
CEAR:
Vivimos tiempos extraños, en los que todo el mundo necesita encontrar refugio del coronavirus. Más extraños aún para muchas personas que tienen que afrontar esta peligrosa pandemia lejos de su casa, porque la tuvieron que abandonar debido a la guerra, la violencia o la persecución.
Son personas doblemente refugiadas estos días cuyas experiencias de supervivencia pueden servir como fuente de inspiración para mirar conjuntamente al futuro con esperanza. Si algo ha demostrado esta pandemia es que la solidaridad no entiende de fronteras.
FIRMA para acabar con las devoluciones en caliente y eliminar la norma que intenta darles cobertura legal https://www.cear.es/firma-contra-devoluciones-caliente/
FIRMA: pedimos al Gobierno español que, siguiendo la estela del gobierno portugués y la recomendación del Consejo de Europa, ponga en marcha medidas de regularización extraordinaria con el fin de garantizar los derechos de las personas extranjeras en España. https://www.cear.es/firma-regularizacion-migrantes/
La CEAR ha prepara este 20-J.. Un Concierto por REFUGIO.
https://ti.to/comision-espanola-de-ayuda-al-refugiado-cear/concierto-por-refugio
Amnistía Internacional:
Cruzar la frontera: un viaje de los más peligrosos
En el intento de escapar de situaciones desesperadas, las personas refugiadas y migrantes arriesgan su vida en peligrosos viajes. Así sucede en el mar Mediterráneo, pero también en el sudeste asiático. En América Central, miles de personas que intentan cruzar México son secuestradas, violadas o pierden la vida en uno de los viajes más peligrosos del mundo. Durante el trayecto están expuestas a sufrir abusos a manos de funcionarios de los servicios de migración, agentes de policía, militares, traficantes de seres humanos y bandas criminales.
En Estados Unidos, el gobierno debe detener de inmediado las expulsiones ilegales de solicitantes de asilo en la frontera con México y facilitar la recepción sin demora de los miles de personas afectadas y la tramitación de sus casos de acuerdo con la legislación estadounidense.
Cientos de niños y adolescentes migrantes han sido deportados rápidamente por las autoridades estadounidenses en medio de la pandemia del coronavirus, sin la oportunidad de hablar con un trabajador social o solicitar asilo por la violencia que hay en sus países de origen. Esto se opone por completo a la práctica establecida que se ha respetado durante años para el trato a jóvenes extranjeros que llegan a Estados Unidos.
Históricamente, los niños migrantes que llegaban a la frontera sin la compañía de un adulto tenían acceso a refugio, educación, atención médica y a un proceso administrativo exhaustivo que les permitía argumentar motivos para quedarse en Estados Unidos. Los que, a la postre, eran deportados, solo eran enviados de vuelta hasta que se habían hecho los preparativos debidos para garantizar que tuvieran un lugar seguro al cual regresar.
Al parecer, los decretos más recientes del presidente estadounidense, Donald Trump, en cuanto al control fronterizo han desechado ese proceso de manera abrupta.
Algunos jóvenes migrantes han sido deportados a las pocas horas de haber pisado suelo estadounidense. A otros los han sacado de sus camas en los refugios del gobierno de Estados Unidos a mitad de la noche para subirlos a aviones y expulsarlos del país sin avisarles a sus familias.
El Secretario General de la ONU indicó que las personas en movimiento se enfrentan actualmente a tres crisis que se combinan en una: la sanitaria, la socioeconómica y la de protección.
Al mismo tiempo, Guterres enumeró una serie de propuestas a partir de cuatro principios.
• La exclusión es cara y la inclusión, rentable. Una respuesta socioeconómica y de salud pública inclusiva ayudará a derrotar el virus, reiniciar nuestras economías y avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
• Defender la dignidad humana frente a la pandemia, y aprender de los pocos países que demostraron cómo es posible aplicar restricciones de viaje y controles fronterizos respetando plenamente los derechos humanos y los principios internacionales de protección de los refugiados
• Nadie estará a salvo hasta que todos lo estén. El diagnóstico, el tratamiento y las vacunas deben ser accesibles para todos
• Las personas en movimiento son parte de la solución. Eliminemos las barreras injustificadas, exploremos modelos que permitan regularizar vías para los migrantes, y reduzcamos los costos de transacción de las remesas.
El Secretario General aplaudió a los países que, pese a tener graves problemas sanitarios y socioeconómicos, abrieron «sus fronteras y sus corazones» a los migrantes y refugiados.
Caravana Frontera Sur: El abandono de los marroquíes por parte de su Gobierno en las ciudades españolas de Ceuta y Melilla ha llegado a la prensa mundial, apuntando que se trata de una “crisis migratoria a la inversa” donde “los trabajadores marroquíes atrapados en España están rogando a su propio gobierno que les permita regresar a sus hogares”.
La Frontera Sur es la segunda ruta migratoria en número de muertes según la OIM (Organización Internacional de Migraciones), solo superada en el mundo por la ruta del Mediterráneo Central que parte de Libia .
El modelo del nuevo desorden mundial antepone la obtención del máximo beneficio a corto plazo de una minoría a la vida de todas las personas y la sostenibilidad del planeta. Políticas depredadoras que acaparan los recursos y la tierra, que la degradan y contaminan hasta dejarla yerma, provocando hambre, inestabilidad política, conflictos bélicos y desastres medioambientales, con consecuencias que afectan especialmente a los países del Sur Global, y que guardan una estrecha relación con las causas que obligan a las personas a migrar y buscar refugio. Políticas que deshumanizan a las personas migrantes, que las despojan de sus derechos y que las explotan como mano de obra barata.
En el caso de Europa las políticas exteriores están generando un estado de excepción respecto a los derechos humanos consagrados por el derecho internacional. Esta terrible e indecente merma de los estándares de protección de los derechos humanos instaura una situación de vulneración sistemática de la normativa nacional e internacional en materia de protección de los derechos más fundamentales de las personas migrantes. El Mediterráneo y el desierto del Sáhara convertidos en una gran fosa común, la compraventa de hombres y mujeres migrantes en régimen de esclavitud en Libia, son algunos de los ejemplos más crudos de esta realidad.
A esto se le une el constante crecimiento del gasto en materia securitaria y de control fronterizo, lo que está haciendo cada vez más lucrativoel “negocio de las fronteras”, además del ya clásico de las guerras, del que se benefician un grupo reducido de empresas que acapara la mayoría de las licitaciones públicas en esta materia. Es necesario continuar exigiendo el fin del comercio de armas de los países de la UE con los gobiernos que violan los derechos humanos.
A los gobiernos español y europeo les exigimos:
• Suspender los acuerdos de retorno y readmisión con terceros países (Libia, Turquía, Niger o Marruecos) que no respetan los derechos humanos. Ninguna persona debe ser enviada a un país en el que puede sufrir tortura, persecución o amenazas a su vida. La externalización de fronteras beneficia a gobiernos corruptos que no garantizan los derechos humanos y a las mafias que actúan con su connivencia.
• Acabar con las devoluciones en caliente contrarias al derecho internacional.
• Eliminar las redadas racistas y el hostigamiento y la criminalización de las personas y organizaciones solidarias con las personas migrantes. Los casos más conocidos de Helena Maleno y el de los tres bomberos sevillanos -Manuel Blanco, Enrique Rodriguez y Julio Latorre- juzgados en Lesbos también por tráfico de inmigrantes resueltos favorablemente después de un largo proceso.
• Vías legales y seguras para las personas en tránsito que se garanticen sus derechos en los países receptores, evitando la explotación, los abusos, la violencia, la trata y el tráfico de personas.
• Que se respeten las disposiciones del derecho internacional, en particular la Convención de Ginebra relativa a las personas refugiadas, y las normas que protegen a las personas migrantes.
• La disolución de FRONTEX, la defensa de Salvamento Marítimo en la frontera sur como servicio público y salvaguarda de la vida en el mar, y el establecimiento de un operativo de salvamento marítimo en el Mediterráneo.
• Protección para las y los menores de Ceuta y Melilla, que se garanticen sus derechos y atención, evitando la violencia, el abandono y las devoluciones ilegales.
• Garantías específicas para personas en situación de especial vulnerabilidad establecidas en la Directiva Europea de procedimientos comunes para la concesión de la protección internacional: mujeres que han sufrido violencia sexual, víctimas de trata, menores, personas LGTBI, etc.
• Autorización para los barcos Aita Mari y Open Arms puedan realizar libremente su labor de rescate para salvar vidas en el Mediterráneo.
• Políticas de acogida dignas y efectivas.
• El cierre de los CIE y el desarrollo de las alternativas a la expulsión coercitiva, siempre con una especial atención a la situación de arraigo de las personas migradas en nuestro país.
• Procesos de regularización para todas aquellas personas que se encuentran en situación administrativa irregular.
• Que se permita en la práctica el acceso a las oficinas de asilo en las fronteras de Ceuta y Melilla, sin discriminación alguna.
• La derogación de la Ley y el Reglamento de Extranjería.
• La derogación del Reglamento de Dublín y de la Directiva Europea de Retorno, conocida como la directiva de la Vergüenza.
• Que se sigan las recomendaciones del Tribunal Permanente de los Pueblos en sus sesiones sobre la violación de los derechos de las personas migrantes y refugiadas de Barcelona, Palermo, Paris y Londres (2017-2019), las propuestas de la relatora de la ONU en su informe sobre desapariciones forzadas en la ruta migratoria y las de varias organizaciones no gubernamentales, como las de Amnistía Internacional (informe de diciembre de 2017) sobre la violación de derechos en Libia.
• Proponemos la aprobación del Tratado Vinculante sobre el control de las Empresas Transnacionales y otras empresas en materia de respeto de los Derechos Humanos negociado en el marco del Consejo de Naciones Unidas en Ginebra.
• Y, por último, ratificar la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares.