des-colonización, resistencia, sabiduría.
Doce de octubre..
Los pueblos indígenas de Latinoamérica han llamado a sus partidarios a defender la autonomía de sus pueblos y el cuidado de la Pachamama. La convocatoria tiene un carácter universal y pretende defender la vida, los derechos de la madre tierra, la autodeterminación, el pleno ejercicio de los derechos de los pueblos indígenas y el rechazo a la imposición de las actividades extractivas.
día de la invasión
http://www.aporrea.org/actualidad/a42840.html
Nosotros, los pueblos indígenas repudiamos el 12 de Octubre de 1492 porque fue el comienzo del genocidio más grande cometido a la humanidad con más de 100 millones de hermanos muertos en todo el continente. Ese día comenzó la invasión, la evangelización, el colonialismo y la dependencia política, social, económica y el saqueo al patrimonio cultural y los recursos naturales, renovables y no renovables, que aún hoy continúa con la complicidad de los Estados. Ese día el sol se eclipsó para nuestros ancestros
“Proponemos a los pueblos el reconocimiento y recordación de nuestros héroes como: Chumay, Chalemin, Wilkiphujo, Kalfulcura, Arakene, Tupac Amaru, Bartolina Sisa, Tupac Katari, Canasiquien y otros. Sostenemos el sistema indígena milenario, en lo ideológico, filosófico y espiritual, por los hermanos que lucharon y dieron su vida en horrendos crímenes, torturados, violados, y descuartizados, construyendo un Movimiento Indígena de estructura propia”, dice el texto.
“Los indígenas reafirmamos nuestra dignidad como milenarias naciones originarias de este continente, rompiendo las cadenas de la esclavitud, cadena de la doctrina católica y sus sectas religiosas como así también las cadenas de la imposición de una organización social y política de estructura vertical e individualista, por lo tanto acumulativa, egoísta, autoritaria y competitiva hasta la agresión”.
“Los Pueblos Originarios, con nuestra cosmovisión milenaria seguiremos sosteniendo la armonía de la madre naturaleza, que nos vuelve a reunir hermanados por la memoria y la dignidad por nuestros ancestros, siendo concientes de que todas las vidas vienen de ella y vuelven a ella para la continuidad cíclica de la vida. Escuchemos el llamado de la Madre Naturaleza para evitar que continúe la contaminación del espacio y el aire, el agua de los mares, los ríos, la superficie de la tierra y los subsuelos”
12 de octubre. La pedagogía de la resistencia.
Un día para luchar contra el racismo. Un día para animar a la
descolonización.
El extractivismo como una extracción de grandes volúmenes de recursos naturales con altos impactos sociales y ambientales y que están esencialmente orientados a los mercados globales,
es una de las formas más recurrentes de afectación actual a las comunidades y territorios indígenas del mundo.
Son extractivistas no solo muchas explotaciones mineras y petroleras, sino también otras actividades de alto impacto y globalizadas, como los monocultivos de soja o la cría de camarones, e incluso bajo ciertas condiciones lo puede ser el turismo.
América Latina sufre un extractivismo que se intensifica, que se amplía a nuevas regiones, por ejemplo, penetrando más profundamente en el continente y, por lo tanto, se multiplican los efectos negativos, tanto sociales como ambientales. Es un estilo evidentemente insustentable. Si se sigue este camino nos encontraremos que algunos recursos se agotarán, quedarán los efectos ambientales a lo largo de varias generaciones y los
pretendidos beneficios económicos se disiparán rápidamente.
Por lo tanto, cualquier discusión sobre modelos al desarrollo debe debatir simultáneamente las alternativas al extractivismo.
El extractivismo, incluso el progresista, genera claras tensiones y contradicciones con las ideas de justicia, tanto social como ambiental. El aceptar la contaminación de una comunidad o desplazar poblaciones tan sólo para implantar una minera viola buena parte de las ideas clásicas de la justicia, incluso aquellas de la propia izquierda. Es cierto que los gobiernos progresistas replican que ellos defienden la justicia social, de donde ese extractivimo es necesario para conseguir los dineros que se usan
en sus planes contra la pobreza. Pero se cae en una política ingenua, donde el extractivismo exportador genera impactos sociales y ambientales que se intentan compensar económicamente, y para lo cual se aumenta todavía más ese mismo extractivismo. Esto es un círculo vicioso.
El número de conflictos socioambientales alrededor del extractivismo está aumentando, no sólo en países que los han tenido repetidamente en los últimos años, sino que incluso aparecen protestas en otros países donde no eran tan frecuentes.
En algunos casos, las respuestas son sencillas, como puede ser el caso de no aceptar emprendimientos que claramente destruyen la biodiversidad o desplazan comunidades. En otros casos es más complejo, tal como sucede con el ordenamiento territorial, y el balance necesario que debe lograrse entre expectativas locales y necesidades nacionales.
El problema es que el Estado y los agrupamientos político partidarios actuales parecen incapaces de manejar estas cuestiones de una manera sana y entonces comienzan a
negar la protesta, se burlan de las demandas sociales o ambientales; y cuando eso no les resulta, pasan a atacarla, a veces lateralmente por medio de largas y desgastantes acciones judiciales contra sus líderes o, en otros casos, criminizándolos.
El extractivismo, como masiva apropiación de la naturaleza ligada a la globalización, debe desaparecer.
Buena parte de la sociedad sudamericana ha demostrado que puede generar cambios políticos sustanciales y hoy contamos con gobiernos de izquierda, lo que era impensable hace diez años atrás.
Se podrán tener muchas críticas hacia esos gobiernos, pero es seguro que todos ellos, incluso el más moderado, están a la izquierda de varias de las administraciones que ahora se observan en Europa. Estos gobiernos tienen una amplia adhesión social, varios de ellos están en segundos mandatos con
gran apoyo electoral. Para buena parte de esa ciudadanía el cambio ya se realizó, y por lo tanto las opciones para nuevos cambios políticos son más limitadas.
Por otro lado, la izquierda se ha insertado en una estrategia de
desarrollo entendido como crecimiento y, a su vez, dándole un gran valor al consumo material. El consumismo está en plena explosión en el continente. Y es entendible que para mayorías que estuvieron relegadas, ahora puedan darse lo que consideran sus gustos o sueños, como su propio automóvil, grandes televisores o enormes equipos de audio. Especialmente en la grandes ciudades, el costo ambiental o la destrucción de la naturaleza que sustenta ese tipo de desarrollo aparece como algo lejano, inentendible o innecesario. No olvidemos que sigue vigente la idea de una
América Latina enorme, repleta de grandes riquezas ecológicas que deben ser explotadas. Bajo esas condiciones se hace muy difícil incorporar a las mayorías en reducir el consumo material, colocar restricciones al uso de la naturaleza y otras formas de alternativa. Esto tomará su tiempo.
Finalmente, la propia esencia del Buen Vivir descansa en un reclamo de respetar la diversidad de valoraciones y percepciones sobre la naturaleza, la sociedad y la buena vida. Por lo tanto, no puede haber imposiciones autoritarias de ninguna alternativa; todas ellas deben ser construidas democráticamente.
En lo que ahora se llama “buen vivir” hay un sincretismo entre aportes que podría decirse vienen de saberes indígenas y otros que vienen de sectores críticos occidentales. Pero es apropiado hacer unas primeras precisiones:
el “buen vivir” toma componentes de tradiciones de los pueblos indígenas, en especial de las formas de entender las comunidades en forma ampliada y de otras valoraciones de la naturaleza. Pero también se toman algunos aportes que se originan en posturas críticas, marginalizadas, secundarias, desde esos márgenes del saber occidental. Hay dos de ellas que son muy claras: la ecología profunda y el feminismo.
Las relaciones entre estos aportes, la forma en que se mezclan, hibridizan y condicionan es una peculiaridad claramente sudamericana y, en especial, andina. Allí hay coincidencias, por ejemplo, con el trabajo de Riechmann, las críticas al desarrollo de José María Tortosa o muchos de los cuestionamientos que hace Carlos Taibo, quienes son leídos en el sur. Pero no similitudes o encuentros fáciles de sostener entre el Buen Vivir y
el decrecimiento, especialmente en las formulaciones de Serge Latouche.
El decrecimiento sigue siendo una reacción al “crecimiento” y el Buen Vivir se desacopla, se desentiende del crecimiento o el decrecimiento. Las propuestas más prácticas de Latouche de un decrecimiento resultan totalmente insuficientes para el contexto latinoamericano. Son, por ejemplo, muy débiles en cuestiones ambientales, no reconocen los derechos de la naturaleza, se preocupan mucho por cuestiones casi instrumentales
como sus “r”, de reutilizar, redistribuir, reducir, etc. Tampoco es una propuesta intercultural: acepta que el sur debe hacer su propiodecrecimiento, pero no ha avanzado en cómo dialogar con esas otras culturas. A mi modo de ver, el decrecimiento es un movimiento entendible en los países industrializados, con altos niveles de opulencia, pero no puede ser el objetivo o meta de una alternativa al desarrollo. En nuestras propuestas el decrecimiento, en vez de ser una meta, es una consecuencia
de otros cambios más profundos.
En América del Sur habrá sectores que deberán decrecer, por ejemplo, en el consumo suntuario, pero otros deberán
crecer, como es el caso de infraestructura en escuelas o centros de salud. ( Eduardo Gudynas ).
América Latina: Declaración de REDLAD con motivo del 12 de octubre de 2013
Declaración de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia con motivo del 12 de Octubre de 2013.
La Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD),
conformada y respaldada por más de 520 Organizaciones de la Sociedad Civil de todos los países de la región, como miembros oficiales del Foro de Sociedad Civil de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Y fungiendo como capítulo regional del Movimiento Mundial por la Democracia (WMD, por sus siglas en inglés), luego de la consulta con nuestras organizaciones y lideres de Pueblos Indigenas y Originarios, se une a la Memoria Histórica del Día 12 de octubre de los Pueblos y Naciones Originarias o Indígenas de América Latina y el Caribe:
Para las naciones y pueblos originarios de América Latina y del Caribe, este día no es de celebración sino de reflexión histórica.
Es un día de auto reconocimiento como pueblos y naciones, pero sobre todo de denuncia, exigencia de la justiciabilidad de derechos de la defensa de nuestro territorio, recursos naturales, culturales, sociales y jurídicos como sujetos de derecho.
Los Estados y gobiernos de América y de otros continentes continúan sin reconocer y menos el finiquitar las Deudas Históricas que tiene con nuestros pueblos y naciones y la restitución de nuestros derechos.
Económicamente: extrajeron nuestras riquezas tanto en metales precios como oro, plata, y piedras preciosas, es decir saquearon y continúan saqueando nuestras minas, así como nuestros recursos naturales ya sea fauna o flora, desde árboles, y plantas medicinales, hasta los límites de la biopiratería y la bioprospección.
Actualmente seguimos transfiriendo valor a los países desarrollados o modernos, pues seguimos proporcionando mano de obra barata y en condiciones de explotación extrema tanto en ciudades y en especial en las maquiladores, y en el campo con la recolección o cosechas.
Al igual con los servicios de tipo eco sistémicos que generan bienestar a nivel internacional, pero que muchas de las veces somos desplazados de estos, así mismo de sus beneficios.
Socialmente: nos siguen excluyendo de planes, programas, y proyectos, pues no existe una aplicación real del principio de Consulta Libre, Previa, e informada y participativa, y mucho menos a nuestro Consentimiento libre, e informado.
Es al interior de nuestros territorios donde tenemos los más bajos IDH (Índice de Desarrollo Humano).
Toda acción que hacemos en la organización y defensa de nuestros territorios, es calificada como delito o crimen, por lo mismo hay cientos de indígenas presos o desaparecidos acusados como criminales sociales. En cambio se lleva a cabo el despojo de nuestros territorios por parte de empresas extractivas, con el beneplácito y justificación jurídica de los gobiernos en turno.
Culturalmente: muchas personas nos siguen viendo como un aspecto de folclor, y no como poseedores de una concepción y cosmovisión del mundo, tan válida como el de otras culturas. Son nuestros pueblos indígenas y comunidades las que aportan la riqueza cultural, gastronómica o biocultural en nuestro continente de ABYA YALA.
En cambio realizan grandes exposiciones y giras en museos, con nuestros legados que forman parte de nuestra identidad e historia, pero que insisten en negarnos su devolución.
En el transcurso de la historia ha existido la idea errónea de crear una sola raza, un proceso único de mestizaje, concepción que elimina lo multicultural y pluricultural de nuestro continente, que deriva en actitudes de exclusión, discriminación o en lo absurdo de racismo.
No se respeta la decisión de los pueblos no contactados, de aislarse y no aceptar la supuesta “civilización”. Pero en cambio se inician procesos de reconocimiento y explotación de sus territorios por un bien común, que termina en el bien de los más ricos y poderosos. De esta manera y en nombre del Desarrollo se nos sigue despojando de nuestro territorio.
Políticamente: Insisten en imponer sistemas, formas de gobierno ajenas a nuestros usos y costumbres, que muchas de ellas violan sus propias leyes, justifican sus propias violaciones a los derechos humanos y a su vez niegan el sistema de leyes indígenas.
Entendemos que las sociedades y culturas están siempre en constante movimiento, y por ende de cambio. Los pueblos y naciones indígenas no estamos ajenas a cambios y a fortalecer la democracia, pero no de cambiar los principios del buen vivir- vivir bien con identidad.
Jurídicamente: muchos gobiernos y estados, No elevan a rango constitucional la Autonomías y Autodeterminación, ni aplican su aspecto vinculante del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al igual con la Declaración de las Naciones Unidas y otros instrumentos internacionales que se declaran sobre los Derechos de los Pueblos y Naciones como derechos colectivos.
Por diferentes aspectos “legales” es mejor decir ilegales, cerca de 370 millones de indígenas de todo el mundo, han perdido o están en riesgo de perder sus tierras, territorios o recursos naturales debido a la inequitativa e injusta explotación en nombre del desarrollo, señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Biológica y ambientalmente continuamos contribuyendo al mejoramiento del medio ambiente –con oxígeno, agua, biodiversidad- y coadyuvando con nuestras acciones a mitigar cambio climático. Pero muchos países industrializados (que son los que consumen la mayor energía en todas sus modalidades y por ende contaminando) siguen sin realizar acciones verdaderas en contra de ello.
En cambio a nuestros pueblos y naciones solamente nos otorgan programas y financiamiento mínimo. Pero en cambio nos imponen su visión de conservación sin considerar, el manejo de nuestros recursos naturales desde nuestra visión.
Con los supuestos de abatir el déficit alimenticio, nos invaden y contaminan nuestros campos y nuestros cuerpos con la producción de transgénicos. Son nuestras comunidades las que siempre han cultivado a través de semillas nativas, métodos y técnicas de cultivo ancestrales, lo orgánico, lo biológicamente sano.
«»Reconocemos:
>>= Que es necesario cambiar algunas prácticas culturales para crear una verdadera equidad e igualdad de género en todas las actividades, instancias y formas de expresión de nuestros pueblos y naciones.
>>= Que la sociedad es multicultural y pluricultural, pero que es necesario fortalecer la interculturalidad de nuestros pueblos y naciones originarias o indígenas para fortalecer nuestra identidad.
>>= Así mismo reconocemos que es necesario que las jóvenes y jóvenes indígenas tengan una mayor participación en todas las instancias y estructura de gobierno indígena y el derecho a elegir su propio destino.
>>= Que es cierto que es nuestra responsabilidad hacer valer nuestro derecho a ser sujetos de derecho a nuestros pueblos y naciones indígenas, y que en cada país El Convenio 169 de la OIT, y la Declaración de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas tenga su declaración vinculante a rango Constitucional, pero es un deber y obligación de los gobierno generen los espacios de igual a igual.
>>= Que debemos de propugnar por el reconocimiento de Salvaguardas Sociales y Ambientales que garanticen en cualquier acción y en primer lugar los derechos de los pueblos y naciones.
Por ello,
>>= Convocamos a todos los pueblos y naciones originarias o indígenas a unir esfuerzos para construir un movimiento internacional que nos permita fortalecer nuestras acciones, incidir y acceder a instancias de decisión en los niveles internacionales.
Crear espacios internacionales, regionales y locales, donde se reconozca la Declaración de las Naciones Unidades y detenga la violencia en nuestras comunidades, tengamos una incidencia real, transparente y definitoria en las políticas públicas.
>>= Instamos a todos los gobiernos a cambiar sus prácticas asistencialistas, paternalistas y a reconocernos de igual a igual, de sujeto de derecho a sujeto de derecho y como poseedores de derechos sobre nuestros conocimientos ancestrales.
>>= Exigimos que los Estados y sus gobiernos No diseñen, y ejecuten programas al igual planes sin la participación plena y de consulta como del consentimiento previo libre e informado de los pueblos y naciones originarias o indígenas.
>>= Finalmente, invitamos a todos los movimientos por la democracia a crear los vínculos, espacios, necesarios para fortalecer los lazos de solidaridad y equidad en la lucha por la democracia para todos los pueblos de la América, sin exclusiones y sin excepciones.
Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia secretariado@redlatinoamerica.org
Versión web: http://www.redlad.org/node/195•